Playas menorquinas como La Vall estaban repletas de bañistas durante la jornada electoral. | Josep Bagur Gomila

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Cuanto más cerca del corazón de Europa, mayor importancia se le otorga a estas elecciones. Así se interpreta el sentir de los diferentes turistas que disfrutan de sus vacaciones en la Isla con los que ha podido hablar 'Menorca - Es Diari'. El auge de los partidos extrema derecha y el sentimiento europeísta son las principales bazas de los visitantes.

Justo antes de embarcar en el avión y poner rumbo a Menorca, Didier y Sylvie se acercaron a las urnas de su colegio electoral en la Bretaña francesa. «Es importante votar porque tu opinión acaba teniendo un efecto en el Parlamento», considera el matrimonio Even.

En ello coincidían los Gaget, dos hermanos que han viajado con sus respectivas esposas hasta la Isla. Ambos delegaron previamente el voto en una persona de confianza en su municipio, una práctica autorizada en el país vecino. «Somos europeos, así que estamos todos juntos. La Unión Europea es lo más importante que nos ha pasado desde la II Guerra Mundial», afirman.

También notan un crecimiento de la extrema derecha en «todos lados», al igual que los Even, que lo hablaban hace unos días de esta subida con unos «preocupados» amigos alemanes.

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Incertidumbre germana

En el caso de Ana y Rolf, un longevo matrimonio del sur de Alemania asiduos en la Isla, eligieron el voto por correo. «Tenemos la oportunidad de elegir libremente y debemos hacerlo. Otras naciones no pueden», recuerdan.

Las políticas de migración son el principal foco de interés en Alemania y la vía de expansión de la extrema derecha. El estado de ánimo de la población germana viene marcado «más por cuestiones políticas internas que por las elecciones europeas». «No es una buena noticia, porque nuestro gobierno está funcionando mal», aseguran refiriéndose al ejecutivo presidido por el socialdemócrata Olaf Scholz.

Desde Dinamarca

También hay varios menorquines desperdigados por Europa, ya sea por estudios o por trabajo. Uno de ellos es Roger Gomila, instalado desde hace un par de años en Aalborg, Dinamarca. Por casualidades de la vida, este fin de semana estuvo en la capital, Copenhague, donde el viernes por la noche se produjo la agresión a la primera ministra del país, Mette Frederiksen.

«Por ignorancia, en España mucha gente no le acaba de dar la importancia que tal vez merece el Parlamento Europeo. En Dinamarca tienen claro lo que hay en juego y para qué sirve la Eurocámara, sobre todo en tema de políticas verdes y de migración, por lo que votan acorde», se arranca el mahonés.

En el país nórdico, tradicionalmente socialdemócrata, Roger no detecta una corriente extremista. «Los daneses están muy contentos con lo suyo. El actual gobierno es un tripartito entre la izquierda, los moderados y la derecha, aunque tal vez las políticas de derechas estén empezando a ganar algo más de fuerza, sobre todo en aspectos de migración», reconoce el ingeniero mecánico de 26 años.

El apunte

«Cuando me di cuenta de que tenía el viaje, ya era demasiado tarde»

No todos los visitantes europeos llegaron a la Isla con los deberes hechos. Es el caso de Katerina, una mujer neerlandesa que no se percató de que sus vacaciones coincidían con la llamada a las urnas. «No he votado porque a la hora de programar mis vacaciones, no me di cuenta de que se celebraban las elecciones. Sino hubiese participado», confiesa. Sin darle mayor importancia, la visitante de los Países Bajos tan solo se quiso centrar en disfrutar del centro de Maó.