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«Todos en algún momento podemos sentirnos solos, he escuchado decir a una persona de 21 o 22 años que se siente sola, que no tiene a nadie para ir al teatro o hacer una excursión», explica la psicóloga Gabriela Paoli, una de las impulsoras de la Asociación Nexum, que se ha presentado recientemente en Menorca.

Como indica esta profesional, contrariamente a lo que se piensa la soledad que no se busca, incómoda y que hace sufrir a quien la padece, no es exclusiva de las personas mayores ni de aquellos que viven solos, sino que en España la sufren sobre todo los jóvenes de 16 a 29 años. Según el estudio SoledadES, promovido por la Fundación ONCE y publicado en 2023 por el Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada, uno de cada cuatro jóvenes de esas edades (25,5 %) declara sentirse solo. El mundo digital tiene relación con este problema de salud pública.    Los jóvenes que no sufren soledad tienen relaciones presenciales más frecuentes, especialmente de amistad, que aquellos que manifiestan sentirse solos pese a tener muchos amigos en las redes.

«Es llamativo que el imaginario social percibe que la soledad no deseada es algo de la gente mayor pero abarca a la población general y de todas las edades», explica la psicóloga. Sobre los jóvenes añade que «tienen muchas relaciones virtuales, pero no quedan, no se encuentran, eso puede llevar al aislamiento y el sedentarismo».

Epidemia silenciosa

Además de promover los encuentros entre personas mediante actividades culturales, vecinales, deportivas, de ocio y entretenimiento o solidarias, Nexum tiene otro objetivo prioritario, afirma Paoli, que es «desestigmatizar la soledad». «A muchas personas les da vergüenza decir que se sienten solas, lo esconden, la soledad no deseada es silenciosa, los que la sufren piensan ‘soy un bicho raro' o que han hecho algo mal, por sentirse excluidos», indica esta especialista en desarrollo personal, y eso no es así. Los estudios sobre la soledad no deseada indican que ésta no solo tiene que ver con el individuo, sino también con factores sociales y estructurales; puede depender del sexo, la edad, el empleo y el nivel de ingresos, y también del lugar en el que se vive, entre otros condicionantes.

María Pons tenía 23 años, vivía con su familia en un entorno saludable y convencional, y sin embargo, explica, «estuve en una etapa bastante mala de mi vida, un día empecé a sentirme sola teniéndolo todo, en ese momento tenía otra pareja que no me acompañaba en muchas cosas, siempre estaba rodeada de gente pero no me sentía acompañada, era una soledad por las circunstancias, no estaba cómoda ni en el trabajo ni en mi zona personal ni en el tiempo libre, nada me llenaba, hasta que recurrí a la ayuda psicológica», relata. Ella acudiría a una asociación que ayude a formar vínculos para superar la soledad no deseada porque, afirma, «las personas están para ayudar a las personas, hay que dejarse y abrir tu corazón a que te ayuden, no todo el mundo te va a querer hacer daño siempre, hay gente buena».

En el caso de Inés Sintes, separada y de 75 años de edad, la soledad pesó cuando sus hijos se fueron de casa. «Sentí el Síndrome del Nido Vacío al independizarse mis cuatro hijos, aunque aceptando lógicamente que deben volar», explica. Superada esa etapa, asegura que «ahora no me siento sola», realiza actividades «cinco o seis a la semana» y disfruta de la compañía, «gusta estar con gente y grupos, y mejor si son de amigos». Otra mujer que prefiere guardar su anonimato afirma que, en su caso, fue durante un episodio depresivo cuando se sintió en soledad no deseada, pese a que no vive sola, sino con su marido e hijo.

En Menorca, según el último censo de población y viviendas del INE, el número de personas que viven solas –que no necesariamente en soledad–, va en aumento. Hay 10.338 hogares unipersonales, el 27,4 por ciento del total. Hace diez años eran 8.565 y representaban el 23,17 por ciento de los hogares, viviendas donde sus habitantes residen todo el año. El perfil mayoritario de    personas que viven solas es el de hombres en edad laboral (37,1 %). En el caso de las personas mayores de 65 años, en la Isla hay casi 4.000 que viven solas, y las mujeres en esa situación son más del doble que los hombres.

El apunte

Una entidad con presencia en Madrid y que aspira a llegar a otras comunidades

Gabriela Paoli, en la presentación de la asociación

La Asociación Nexum nace en Menorca, se presentó en el Consell, pero es de ámbito nacional, con presencia en Madrid y aspiración a estar en otras comunidades autónomas. Es una asociación sin ánimo de lucro que quiere combatir la soledad no deseada, aquella que no se disfruta. Como la palabra latina que inspira su nombre, la asociación que    nace en la Isla quiere reponer los lazos y vínculos perdidos en la sociedad actual, de hiperconexión virtual pero poco contacto físico, real.