Cipriano Marín ha destacado que muy pocos lugares en el mundo, como es el caso de Menorca, han tenido la doble designación de Reserva de Biosfera y de Patrimonio Mundial en el caso de la Menorca Talayótica, esta última distinción por el hecho de haber poseído un valor universal excepcional y haber pertenecido al patrimonio común de la humanidad. «Es una declaración trascendental, ya que entiendo que se ha tratado de valores excepcionales de alcance universal, y la responsabilidad de la preservación del patrimonio declarado no solo corresponde lógicamente al gobierno local o al país, sino también al resto de los países del planeta», ha asegurado.
Marín ha subrayado la colaboración y determinación mostrada por la sociedad civil menorquina, las asociaciones y entidades científicas y la unidad de todas las instituciones y fuerzas políticas sin excepción para haber llevado a buen puerto una inscripción, un objetivo común liderado por el Consell, que se ha realizado después de un proceso arduo y complejo. «Para lograrlo, el primer gran desafío ha sido saber articular entre todos un relato convincente y riguroso del bien que se proponía. La inscripción ha sido un proceso en el que han tenido que superar muchos trámites, obstáculos y evaluación. Ha sido una auténtica obra coral», ha señalado.
En este sentido, Marín ha resaltado la actuación de los payeses y los propietarios de las fincas rurales para haber preservado a lo largo del tiempo los monumentos prehistóricos de la Isla, que hoy constituyen un símbolo identitario y de orgullo para la Isla a diferencia de otros muchos territorios.
Valores
El experto mundial en islas y desarrollo sostenible ha enumerado los valores en los que se sustenta la declaración de la Menorca Talayótica como Patrimonio Mundial: la Isla ha registrado una de las mayores densidades del mundo de yacimientos arqueológicos prehistóricos en un territorio habitado; los nueve componentes del bien han albergado las mejores obras de una cultura insular que ha evolucionado en condiciones de relativo aislamiento, con originales construcciones ciclópeas; el colosal esfuerzo ha sido acometido por las comunidades insulares para haber levantado las monumentos en un reducido territorio de escasos recursos; el bien inscrito ha albergado una rica muestra de monumentos y sitios prehistóricos, destacando las navetas de enterramiento, los recintos de taula y las monumentales casas circulares, además de los talayots; la Menorca Talayótica ha sido un testimonio excepcional de una cultura prehistórica asociada al cielo; la convivencia armoniosa de las obras prehistóricas con todos los momentos históricos de la Isla y sus pobladores; y la colosal muestra de paret seca ha sido ejecutada durante generaciones con un trazado de 11.000 kilómetros construidos.
Marín ha destacado que la inscripción de Menorca Talayótica en la Lista del Patrimonio Mundial «no ha sido el fin sino un paso más, excepcional sin duda, en el proceso permanente de puesta en valor del patrimonio arqueológico menorquín y de sus extraordinarios paisajes asociados que se ha iniciado hace décadas, especialmente desde la declaración de la Isla como Reserva de Biosfera. Por eso, además de disfrutar el objetivo alcanzado, toca hoy mirar al futuro», ha subrayado.
Las distinciones de la Unesco como pilares para un futuro prometedor
Cipriano Marín señaló que la Menorca Talayótica cuenta con un excelente Plan de Gestión y con la Agencia Menorca Talayótica plenamente constituida con sus órganos participativos. Además, destacó que tanto la Agencia como los contratos de custodia y valorización del patrimonio se inspiraron en la experiencia de la Reserva de Biosfera, distinción concedida el 1993, lo que definió como una continuidad del modelo propio de gestión exitosa. Marín recordó que la concesión del distintivo de Reserva de Biosfera fue en su momento una declaración pionera en el seno del Programa MaB de la Unesco, al proponer un compromiso de futuro en favor del desarrollo sostenible que incluía todas las facetas de la realidad insular, además de la necesidad de reconocer el patrimonio prehistórico de la Isla, como finalmente ha sucedido.
El apunte
El toro de Torralba d’en Salord como obsequio a Marín
2 comentarios
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Lo que debería explicar este señor, es cuánto dinero ha cobrado durante todos estos años de las administraciones menorquinas para actuar como mediador, comisionista, conseguidor o logrero, como vulgarmente se les denomina a este tipo de personajes que actúan y se mueven entre las turbias aguas de esos organismos opacos, como la UNESCO, que dependen directamente de ese gran zoco de multicorrupción internacional que es la ONU.
Excepcional y única Menorca. Ahora que una vez entregada la réplica de Toro de Torralba que nos dejen visitar este yacimiento en invierno a los residentes al menos.