La natural de Sant Climent ha presentado este plan a los Institutos Nacionales de Salud (NIH), la principal agencia de investigación del gobierno estadounidense responsable de la biomedicina y la salud pública, después de un año trabajando en el diseño de la propuesta del mismo. De esta forma, se trata de uno de los dos únicos proyectos, entre los centenares que se han presentado, que recibirá una subvención pública. En concreto, obtendrá una financiación de tres millones de dólares con el propósito de llevar a cabo durante los próximos cuatro años los primeros pasos de la investigación.
Con la participación de cuatro coinvestigadores más, expertos en desigualdades de las reputadas universidades de Yale, Washington y Duke, y colaboradores de las universidades Johns Hopkins, Harvard y Nueva York, Ester Villalonga se centrará en los colectivos negros y latinoamericanos, otorgando una especial atención a este último.
El principal objetivo del estudio es recopilar datos sobre discriminación por raza en todos los ámbitos posibles de la sociedad norteamericana, para así elaborar un índice compuesto por indicadores a nivel comunitario que se puedan combinar con datos de discriminación y racismo sufridos a nivel individual. Para ello, se compilarán indicadores previamente usados por la Universidad John Hopkins, y se unirán otros nuevos para que la nueva medida de racismo estructural sea más completa y funcional.
Agudizado por la pandemia
El racismo es un tema que ha ido obteniendo una presencia notable en el imaginario de la sociedad norteamericana, la cual «destaca por su diversidad», tal y como indica la propia directora del proyecto. «Queremos ver qué desventajas reales pueden tener tanto negros como hispanos respecto a los blancos en el sistema educativo, sanitario, el ámbito económico...», explica.
Y es que la eclosión de la pandemia en el año 2020 ha acabado dando visibilidad a unas diferencias por discriminación de raza que ya eran latentes y se venían acrecentando en los últimos años, como se pudo apreciar con el movimiento originado en la comunidad afroamericana, la cual reivindicaba sus derechos a raíz del asesinato de George Floyd en Mineápolis, fruto de la brutalidad policial del agente Derek Chauvin.
«Durante la pandemia, los emprendedores que tenían negocios podían pedir ayudas económicas al Gobierno. Los datos señalan que, en proporción, estas ayudas fueron a parar en su gran mayoría a blancos y en menor medida a las comunidades negras e hispanas», relata Villalonga, quien apunta que este es «un indicador de cómo unos tuvieron menos oportunidades de conseguir estas ayudas cuando tenían el mismo nivel de necesidad». Y lo mismo ocurre con el acceso a las hipotecas, una oportunidad que en este caso privan los bancos: «El capital genera capital. Si tú no tienes acceso a este dinero, ya no puedes generar capital», puntualiza la también profesora adjunta en la Universidad de Nueva York.
El poder de la información
«Le propusimos una metodología de recolección de datos muy innovadora a los Institutos Nacionales de Salud», subraya la docente con pasado en la Universidad de Harvard.
Y es que dicho método de trabajo puede haber sido clave para la elección del proyecto. En el fondo, Villalonga cree que todo viene a partir del «interés» del gobierno estadounidense por «recabar datos»: «La información tiene mucho valor. De hecho, en la parte final del proyecto indicaba que es muy importante obtener estos datos de calidad porque, sin ellos, no podemos hacer frente al reto que supone esta discriminación. Si no lo medimos bien, no lo conseguiremos», afirma la científica, pensando también en las políticas que se puedan aplicar en el futuro a partir de los resultados del proyecto.
A medida que vaya avanzando el mismo, se irá difundiendo a través de diferentes revistas académicas y medios divulgativos de otra índole. De hecho, Villalonga cuenta con la colaboración de un periodista del «New York Times» en el equipo de investigación. «Queremos hacer mucho ruido», resume Villalonga.
9 comentarios
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SenyEs molt cansadet, mesquinet, es repeteix com un lloru.
Orgulloso, tuve la suerte de conocerla hace años, una crack.
manu menorcaOh sorpresa manu menorca con la matraca de siempre
Enhorabona. Això té que motivar als joves.
... y aquí en España, el porcentaje de los presupuestos dedicado a investigación es ridículo, sobre todo si lo comparamos con otras partidas como las prescindibles ayudas a las confesiones religiosas... y mientras, nuestros familiares muriendo por falta de centros, de medicinas y de nuevas terapias... y nuestro capital humano, emigrando...
Molt bé Esther, fas quedar Menorca de primera. Bravo 👏👏👏👏👏
Una gran noticia que hace creer en el colectivo de profesores de la isla y que en su momento aprovechó Esther para crecer en el mundo de los estudios. El llegar bien preparado a la universidad nos ayuda como se puede comprobar si te mentalizas y utilizas bien los momentos claves de tu vida. No obstante, su buen hacer viene avalado por los famosos crespells que elabora su familia y que con toda seguridad le endulzaron la vida y sus neuronas se lo han agradecido.........
Ante todo, mi mayor respeto y admiración por esa joven mujer sanclimentera, que sin duda habrá llegado donde ha llegado por su propio esfuerzo, valía, méritos y cualidades. Dicho esto, me parece que tiene que haber bastantes cuestiones mucho más interesantes y prácticas donde invertir esos tres millones de dólares, que en ponerse a estudiar el modo en que se recogen los datos de racismo en aquel país. El racismo en un país como USA, es algo consustancial en aquella sociedad como en tantas otras, e imposible de eliminar al cien por cien, por razones obvias que no hace falta citar, salvo quizá para los buenistas infantiloide progres, que creen que todo el mundo es bueno. Racistas los ha habido y los habrá siempre, igual que siempre habrá asesinos, psicópatas, ladrones, violadores, pederastas, políticos corruptos, etc etc. Es la naturaleza humana y eso no hay quien lo modifique.
Enhorabuena ester !!!!!!