Alexandra Marquès, delegada de Educación en Menorca | Josep Bagur Gomila

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La Conselleria de Educación y Universidades da autonomía a los centros para que decidan el uso que deben hacer sus profesores y alumnos de las herramientas digitales que ha puesto a su disposición.

El movimiento surgido en Menorca, asegura, es el primero en las Islas que cuestiona la creciente digitalización de las aulas, que circunscribe a la normativa de la Ley Orgánica de Educación (Lomloe), que fija la necesidad de trabajar en competencias digitales con el alumnado. Además, recuerda la conselleria, esta normativa ya aboga por el buen uso de los dispositivos, las redes sociales y la creación de contenido, en sintonía con el Plan Europeo de Acción Digital 2021-2027.

Aún cuando la conselleria no ha definido todavía su postura, la delegada territorial en Menorca, Alejandra Marquès, sí se muestra dispuesta a «trabajar» en este sentido. «Es un tema complejo que conviene ordenar y abordar con sentido común y en total consenso con las familias, los docentes y los alumnos», asegura.

Marquès ya ha recibido la propuesta del psicopedagogo Vicenç Arnáiz y el colectivo Tallafocs que, a raíz de las jornadas de educación infantil celebradas el primer trimestre de este año, han empezado a impulsar iniciativas para crear «espacios libres de pantallas» sobre todo en la primera infancia, en la etapa de 0 a 3 años. Las pantallas, insisten desde el colectivo, no deberían estar al alcance del desarrollo cognitivo de los menores a estas edades. Por eso, implican directamente a los adultos para que tampoco hagan uso de móviles o se conecten a internet en su presencia.

Para la delegada territorial, se trata de «un excelente punto de partida» para extender el debate al resto de la comunidad educativa. Tallafocs implica a la administración para que haga campañas permanentes de sensibilización.