El control de acceso a las playas vírgenes de Ciutadella se estrena con un lleno total

El servicio ha empezado con la particularidad de que hasta el 1 de junio estará abierto el parking de Macarella, lo que atrae muchos visitantes. Luego, a partir del jueves, todo este flujo se repartirá entre el servicio de autobús y las otras playas del sur de Ciutadella.

Así lo esperan el coordinador del servicio, Magí Moll, quien ha visto como, de buena mañana, esta semana ya han tenido que organizar los coches que iban llegando, para evitar que sucediera como las semanas previas, en que hubo vehículos estacionados incluso en los caminos de acceso cuando no había sitio en los parkings.

Inicio escalonado

No todas las playas cuentan aún con controladores. Del 20 de mayo al 31 de mayo estarán en Macarella, y hasta el 8 de octubre en los accesos a Cala en Turqueta, Son Saura, La Vall y Binimel·là, y en Cala Pilar habrá informadores de 1 de julio al 30 de septiembre. El caso de Binimel·là, en Es Mercadal, es distinto, porque tiene un horario reducido. El personal está allí de 8 a 10 de la mañana, únicamente para organizar las primeras llegadas y evitar que los coches estacionen mal.

De hecho, Moll apunta que este es uno de los handicaps de cada día en todos los parkings. «Si cuando llegamos a las 8, ya hay coches y están mal aparcados, la capacidad se reduce». Así, ha sucedido que «en Cala en Turqueta no entran los 120 coches que caben en teoría, sino que llegamos a menos de cien».

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En cuanto a los aforos, a los 120 vehículos que caben, en teoría, en Cala en Turqueta, hay que sumar los 200 de Son Saura, los 400 de La Vall (repartidos en dos bolsas de 200 coches cada una), en Binimel·là caben 300 y en El Pilar 68. En Macarella, cuando está operativo, hay capacidad para 160.

Autocaravanas en La Vall

Referido a los aparcamientos de las playas de Algaiarens, Moll apunta que «una de las novedades de este año es que no se permiten autocaravanas en el segundo aparcamiento, tienen que quedarse en el primero» que encuentran al llegar al entorno de La Vall.

En cuanto al personal que precisa el dispositivo, serán 25 personas cuando esté activo al 100 por cien. Ahora mismo ya trabajan 18 controladores y dos coordinadores, el 1 de junio se sumará un informador más en el cruce de Sant Joan de Missa, y el 1 de julio, cuatro más lo harán en Cala Pilar.

Estos efectivos pertenecen todos a la Fundació per a Persones amb Discapacitat de Menorca, las cuales trabajan de 8 a 18 horas. Una semana lo hacen 3 días, y a la siguiente, cuatro, con un máximo de dos jornadas consecutivas. «El personal está contento, aunque son diez horas, tienen más tiempo para la conciliación», aseguraba el coordinador del servicio.

Sin hacer caso a los carteles

Una cuestión que es «imprescindible» para evitar colapsos en los caminos de acceso es mantener los puntos de retorno en Sant Joan de Missa y Son Vivó. «La gente sigue sin hacer caso de los carteles luminosos de la ronda e intenta entrar», por lo que se hacen muy necesarios estos dos puestos de control para impedir el paso si los aparcamientos están completos. De hecho, estos puestos reciben el apoyo extra de los informadores de los parkings, cuando estos están a punto de llegar a su máxima ocupación.