Mejorar el rendimiento de la planta desaladora de Ciutadella beneficiaría los acuíferos. | ARCHIVO

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Eivissa y la zona del meridional de Mallorca ya están sobreaviso por la posible falta de agua, y Menorca puede seguir el mismo camino aunque la situación sea ligeramente menos comprometida que la de las otras islas. Joana Maria Garau, directora general de Recursos Hídricos trasladó ayer a los ayuntamientos y suministradores, en reunión telemática, la necesidad de que comiencen inmediatamente a aplicar campañas de concienciación a la par que medidas restrictivas para evitar cortes del suministro durante un verano en el que no habrá agua para toda la población si no se controla ahora el consumo.

«En Menorca el índice de sequía es normal, pero estamos raspando el 5», ejemplifica Garau, quien se refiere a los problemas de falta de infraestructuras en Sant Lluís y Ciutadella, principalmente, como casos más graves. «En enero ya advertimos de la precariedad, pero desde entonces no nos hemos recuperado porque ha llovido muy poco».

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Como consecuencia, la responsable del Govern en materia de recursos hídricos instó a los ayuntamientos a que actúen en función de las infraestructuras con las que cuentan y de su modelo de gestión. Puso a su disposición las campañas informativas de la Conselleria de Medio Ambiente para que las municipalicen y lleguen a sus ciudadanos, «porque funcionan», y a que adopten pautas que hagan descender el consumo y reduzcan la presión sobre las masas subterráneas de agua. «Los ayuntamientos tienen sus propios planes de sequía y deben empezar a trabajar sobre ellos», señaló. Refirió Garau que el de Maó, por ejemplo, ha anunciado la puesta en marcha de nuevos pozos y la reducción de zonas verdes en rotondas para evitar el riego, además de establecer contactos con grandes consumidores y anunciar una posible bajada de la presión del servicio para controlar la demanda.

«Estamos preocupados, sí, porque se va a dar el coctel negativo este verano, peor que el anterior, cuando ya hubo que aplicar cortes y restricciones, y por tanto hay muchas posibilidades de que tengamos problemas», explicó. Se prevén temperaturas tórridas, no hay lluvia y la demanda se va a multiplicar por las expectativas de ocupación. Aunque la competencia corresponde a los ayuntamientos, las advertencias son a nivel insular, «hay que minimizar y ahorrar el máximo de agua para evitar restricciones que tienen consecuencias socioeconómicas que no nos interesan», indica Garau.

El apunte

Garau subraya que la capacidad de la desaladora de Ciutadella está solo a un 30 %

Las advertencias de la Directora General para reducir el consumo y evitar situaciones límite como las que ocurrieron antaño en zonas más pobladas como Sant Lluís y Ciutadella, choca con la falta de infraestructuras suficientes en ambos municipios, indico Joana Maria Garau.

Destaca el insuficiente funcionamiento de la planta desaladora de Ciutadella «porque trabaja a un 30 por ciento, mejorar su capacidad beneficiaría al acuífero». Añadió Garau que en el municipio del poniente insular faltan conexiones e infraestructuras en el ámbito municipal que pueden dificultar la adopción de medidas necesarias.

La rebaja de la presión, planteada en Maó, «que ya tuvo que recurrir a infraestructuras militares y de bomberos el año pasado» es otra de las medidas que se debe considerar, indicó.