La subvención, en peligro constante con la pérdida del cuarto molino del parque eólico

El elevado coste, unos 200.000 euros, de sustituir la multiplicadora del molino número dos llevó al Consorci de Residus i Energia a plantearse seriamente darlo por muerto. Pero se descartó ese extremo por el siguiente razonamiento. Prescindir de uno de los cuatro molinos había descender un 25 por ciento las horas potenciales de funcionamiento y cualquier otra contingencia pondría en serio riesgo los ingresos previstos por las retribuciones a la inversión.

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Tres años después el Consell se ve obligado a renunciar a uno de los molinos. La fisura aparecida a finales de noviembre en el pie del aerogenerador número cuatro ha acelerado el final de su vida, por lo que el parque eólico afronta los últimos años de funcionamiento con solo tres molinos. La situación ahora es la que se temía en 2019. Con solo un 75 por ciento de la instalación disponible, y teniendo en cuenta las recurrentes averías que sufre un parque que ya tiene casi 20 años de existencia, las probabilidades de que no se alcancen las horas mínimas de funcionamiento se agigantan.

El Consell calculaba hace dos años que en los cuatro que quedaban hasta 2024, cuando termina el periodo de amortización en el que puede cobrar la prima, iba a recibir unos 864.000 euros, a razón de 216.000 euros anuales, en concepto de la ayuda de complemento a la venta de energía. Esas previsiones, calculadas con 1.050 horas de funcionamiento, ya no se pueden cumplir después del nefasto año 2022.