Joana Gomila, a la derecha de la imagen, durante la celebración de los Jocs des Pla en las fiestas de 2018. | Josep Bagur Gomila

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La alcaldesa de Ciutadella, Joana Gomila, ha elegido una entrevista al diario digital «Vilaweb» para fijar su postura sobre los principales debates que ha suscitado el regreso de las fiestas de Sant Joan tras dos años de pandemia. En relación a la polémica abierta por la elección del cartel municipal donde se ve a una niña sobre un caballo con el lema «Una dia seré cavalleressa a les festes de Sant Joan», la edil del PSM sostiene que la obra ganadora «se eligió por la foto, no por el lema» y que el jurado lo desconocía en el momento de tomar la decisión.

«El significado que le ha querido dar la autora del cartel es una cosa personal de ella», explica, «se ha hecho ver que era una decisión del Ayuntamiento o del jurado y no es cierto, creo que se ha confundido». La reivindicación de que las mujeres payesas puedan participar en la colcada en igualdad de condiciones con los hombres ha generado discrepancias en el seno del gobierno municipal. De hecho, la concejal de Igualdad electa por Unidas Podemos, Carla Gener, se ha negado a participar en los actos protocolarios.

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En opinión de Joana Gomila, Sant Joan tiene muchos más problemas que el debate abierto sobre la participación de la mujer, que en todo caso remite a la recién formada Junta Municipal de Sant Joan si alguno de los miembros allí representados lo quiere plantear. Este organismo, recuerda, «está abierto a hablar de cualquier tema relacionado con las fiestas, como la masificación, los protocolos o el papel del ayuntamiento. Si este es un tema que sale allí se tratará como cualquier otro; pensar que Sant Joan solo tiene el problema de las mujeres… hay muchas otras cosas que se tienen que poner sobre la mesa», añade.

«Los barcos tienen que poder venir»

Preguntada por la limitación de la llegada de barcos por Sant Joan que ha propuesto el diputado de Més per Menorca en el Parlament, Josep Castells, la alcaldesa de Ciutadella expone las dificultades para que una medida de este tipo pueda llevarse a cabo. «A veces la gente dice que no venga ningún barco por Sant Joan, pero esto no lo podemos decidir nosotros. Los barcos tienen que poder venir, porque la gente tiene derecho al libre movimiento. Otra cosa es que regulemos cómo vienen». Recuerda, además, «que las soluciones no son fáciles y deben tener una base jurídica».

Joana Gomila sostiene que las restricciones a la llegada de visitantes que puedan adoptarse deben ir más allá de Sant Joan, porque es un problema generalizado en el verano menorquín: «Las fiestas de Ciutadella y las de cualquier otro pueblo se han masificado; Sant Joan es la primera, la más popular, pero seguramente si vamos a Ferreries o Es Migjorn y preguntamos [a los vecinos] qué piensan de las fiestas de ahora la respuesta será la misma. El cambio no es solo de Sant Joan, es el cambio de ser Menorca una isla turística».