Aun cuando su puesta en marcha definitiva se ha demorado más de lo previsto, el Pati de sa Lluna ha venido acogiendo diversas manifestaciones culturales y populares como el mercado de Sant Antoni en 2017, fecha de la imagen | Gemma Andreu

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De manera temporal, a la espera de que se defina la fórmula de gestión, el Pati de sa Lluna abrirá este verano. El Govern, que es el titular del inmueble, aprobará en los próximos días la cesión del mismo al Ayuntamiento de Alaior por un periodo de diez años, aunque la gestión seguirá siendo compartida por la administración autonómica, la insular y la municipal, las mismas que componen la comisión de seguimiento, que este viernes acordó esta solución provisional.

El acuerdo definitivo sobre el modelo de gestión debe configurarse todavía. Será después del verano, cuatro meses es el plazo que se ha dado la comisión de seguimiento, cuando haya una propuesta y salga posteriormente a licitación. Lo más probable es que la gestión sea integral de todo el equipamiento cultural, aunque no se ha descartado aún que sea desglosada.       

Este viernes acabó una etapa, han finalizado las obras y ahora comienza el uso público de un espacio que se ha reivindicado como cultura desde hace prácticamente tres décadas. De hecho las obras están finalizadas desde hace dos años, la última contratación, financiada con fondos de la ecotasa, ha sido para finalizar el proyecto de museización.

«Espacio para muchas cosas»

Las obras estructurales están acabadas, salvo la cafetería, pendiente de que se decida la fórmula de gestión y sea después el adjudicatario quien se haga cargo de la puesta a punto y del equipamiento requerido. El resto de los espacios acogerá los usos y actividades previstas.

«El centro de cultura de Sant Diego está llamado a ser un espacio donde pasan muchas cosas», apuntó Miquel Maria, conseller de Cultura, citando el plan de usos. Muchas de esas cosas serán exposiciones y otras actividades puntuales y otras serán instaladas en estas salas de manera fija.

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Entre estas figuran un centro de cultura gastronómica, que se instalará en la segunda planta. La colección Llambías,  una amplísima compliación de elementos etnológicos, tendrá su sitio en el primer piso, si bien solo hay sitio para una selección representativa de la colección.

El primer piso albergará también un museo de la industria local, una muestra del esplendor que alcanzó el siglo pasado la manufactura del calzado, capítulo importante de la historia contemporánea menorquina.

La planta baja, que ha servido ya de auditorio, actuaciones musicales e incluso acogió una feria de turismo en las primeras iniciativas llevadas a cabo de forma provisional, tiene espacios para usos múltiples, «el objetivo es que pasen muchas cosas», reiteró el conseller. Si hay o no servicio de restauración o simplemente una cafetería debe decidirse todavía. El centro de cultura gastronómica tendrá finalidades expositivas y formativas, pero no carácter comercial.

Identidad de Alaior

El alcalde José Luis Benejam festejó como nadie la apertura de un centro «que es parte de nuestra cultura y de nuestra identidad» y resaltó que todas las incógnitas y dudas sobre el uso futuro han sido resueltas desde el diálogo y la colaboración de todos, que han sido muchos entre gobernantes y técnicos de varias legislaturas, que han intervenido en este proyecto.

El Ayuntamiento asume la primera responsabilidad de la puesta en marcha con el compromiso de convertirlo «en un centro cultural vanguardista y referente de Menorca», señaló.