Edificio de la actual comisaría    con más de sesenta años de antigüedad y una estructura interior poco funcional para la Policía. | Gemma Andreu

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El Gobierno presentó la semana pasada un anteproyecto de los presupuestos Generales del Estado para 2022 en el que solo figura el reparto del dinero público en los grandes capítulos. Hasta que no se presente el desglose, no se conocerán las inversiones o actuaciones previstas para llevar a cabo el próximo año.

No está en sus planes, en todo caso, construir ya la nueva comisaría de la Policía Nacional de Maó. El Gobierno ha respondido una pregunta del senador por Menorca, Cristóbal Marqués, en la que informa que la «licitación para la redacción del proyecto de la nueva comisaría está prevista para el año 2023 y posteriormente se procederá a la licitación de las obras».

Esos plazos suponen que desde que el Ayuntamiento planteó la necesidad de contar con la nueva instalación hasta que haya sido construida habrán pasado 20 años. Salvo que, dada la dinámica perversa en la que ha entrado, acumule nuevas demoras.

Desde el punto de vista institucional, ha sido una de las obras más reclamadas en los últimos años, si bien no es una obra que cuente con reivindicación popular. Así como un edificio para los nuevos juzgados planteado en las mismas fechas tuvo una respuesta satisfactoria y ágil, la comisaría no ha tenido suerte.

Entre las causas del bochornoso retraso hay una importante responsabilidad municipal. Desde que el Ayuntamiento recogió la reclamación de la Policía Nacional y cedió efectivamente el solar al Ministerio de Interior transcurrieron cuatro años.

Ni la solemnidad del convenio firmado por Joan Mesquida, director general de la Guardia Civil y Policía Nacional, en el Ayuntamiento de Maó sirvió para que Madrid se tomara la obra en serio. Tampoco podía haberlo hecho antes de 2008, pues hasta finales de ese año no se aprobó la cesión por el pleno municipal.

Después de esa fecha arreció la crisis económica y se redujeron los recursos para inversiones. Y el último año, la pandemia ha sido motivo para que muchas de las obras presupuestadas o proyectos previstos no hayan sido ejecutados. Quizás haya sido eso.