El acto, en el palacio de Isabel II de Maó | Josep Bagur Gomila

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La alarma sanitaria marcó ayer la celebración de la Pascua Militar, tanto por las medidas de seguridad, con un acto celebrado al aire libre en el patio del palacio de Isabel II de Maó, como por el mensaje del comandante general de Balears, Fernando García Blázquez, quien destacó la respuesta militar ante la pandemia con las operaciones Balmis y Baluard. La primera se centró en la desinfección y descontaminación, así como en la protección de infraestructuras y el apoyo a las fuerzas de seguridad en labores de patrulla; y la segunda aún en marcha consiste en el rastreo de contagios por parte de 150 militares integrados en colaboración con la Conselleria de Salud y más recientemente en el transporte de las vacunas.

García Blázquez destacó que ambas se desarrollan «con el mismo espíritu de servicio a los españoles» que la expedición filantrópica de la vacuna que lideró el médico militar Francisco Javier de Balmis en el siglo XIX para luchar contra la viruela. El comandante destacó la colaboración «estrecha y abierta» con el Govern para llevar a cabo la operación Balmis, durante la declaración del primer estado de alarma, lo que «ha facilitado enormemente la ejecución de la segunda operación militar» para el rastreo de los contagios.

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