La primera está destinada a niños de menos de 6 años y por un máximo de seis meses mientras los técnicos del Servei Insular de Familia trabajan en la medida de protección que más les conviene y en el retorno a sus hogares.
La segunda figura es la de la acogida familiar especializada, que se centra en menores con necesidades especiales como grupos de hermanos, niños con enfermedades crónicas o algún tipo de discapacidad y aquellos que presentan problemas de comportamiento.
Ambas modalidades estarán remuneradas por la institución con 800 euros mensuales por niño, para que además de cubrir sus necesidades afectivas, las familias puedan afrontar los gastos materiales.
Los dos nuevos programas fueron presentados este miércoles por la consellera de Bienestar Social y Familia, Maria Cabrisas, la directora insular del área, Bàrbara Torrent, y el jefe y la psicóloga del Servei de Familia, Jesús Barrasa y Maite Ferrero.
El objetivo de esta iniciativa, tal y como destacaron, es que todos los niños y niñas puedan crecer en un entorno familiar y evitar en la medida de lo posible que pasen por instituciones y centros residenciales. «La familia es el eje vertebrador de nuestra sociedad, un elemento clave de la formación de las personas», afirmó Cabrisas.
Las familias de acogida deben cumplir unos requisitos y pasar una valoración psicológica. En la acogida especializada uno de los miembros de la familia deberá tener una formación específica y en la acogida de urgencia lo más importante es la disponibilidad inmediata. En ambos casos además deberá existir tiempo para la atención de los menores o flexibilidad para compaginar vida laboral y familiar.
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