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El segundo cable eléctrico cuyo proyecto se presentó en junio del año pasado al salir a exposición pública, aprovechará la estructura que discurre por tierra del cable que ha quedado en desuso y ya no será reparado. Esa decisión implica modificar el proyecto, pero permitirá adelantar los plazos e iniciar las obras después del verano con el fin de que esté listo y en funcionamiento en 2020, el plazo comprometido.

Ese es el calendario que maneja el conseller de Energía y Territorio, Marc Pons, después de que ayer apareciera en el BOIB la autorización a Red Eléctrica Española al tendido de «la línea eléctrica subterránea-submarina de 132 kV, simple circuito, entre la subestación de Artà, Mallorca, y la de Ciutadella, Menorca».

El conseller lamenta el enorme retraso en la publicación de esta resolución que, efectivamente, es del 5 de julio del año pasado, anterior a la avería del cable existente y que ha quedado fuera de servicio. Esa circunstancia ha llevado a cambiar la idea con el fin de acelerar la entrada en funcionamiento y por ello se modificará este proyecto, que ya no tendrá que realizar el trazado subterráneo de 15,4 kilómetros en Mallorca y 12,3 en Menorca.

Entretanto, según informa Marc Pons, Red Eléctrica Española ya ha encargado la fabricación del cable a una de las dos únicas empresas del mundo que construyen estos sistemas de una sola pieza y con las medidas precisas. Es una excepción, ya que la empresa eléctrica acostumbra a disponer de los proyectos con toda la tramitación finalizada antes de hacer el costoso encargo. El presupuesto inicial de este proyecto era 84 millones. En conjunto, todo ello permitirá acelerar los plazos para contar con una infraestructura de garantías.

Otro cable

Esta solución que remedie la monodependencia actual de la central del puerto de Maó se verá mejorada con otro cable, tal como estaba previsto antes de que la vida del primero se acabara el pasado mes de octubre. «Habrá otro cable para refozar la estructura del sistema Mallorca-Menorca como hemos tenido siempre», afirma Marc Pons.