José Mercadal, uno de los dos payeses que trabajan las tierras, paseaba el lunes a lomos de un caballo entre los utilitarios. | Gemma Andreu

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Tal y como lleva sucediendo desde el inicio de junio, el parking público gratuito de Cala en Turqueta estaba completo ayer a las 9.30 horas de la mañana. Y media hora después, los primeros visitantes ya aparcaban sus vehículos en una parcela de una finca cercana: Sa Marjal Vella. La zona no cuenta con el acceso cerrado al encontrarse una de las dos partes de la paret seca de la entrada en mal estado y los turistas aprovechan la situación. Las administraciones clausuraron un aparcamiento en otro solar del mismo lloc hace dos años y ahora los automóviles han vuelto en el arranque del verano de 2017. Sin embargo, no se cobra entrada ni nadie regula el paso de coches. Entran por decisión propia y sin permiso de los propietarios. De hecho, a las 12.30 horas del mediodía el número de vehículos estacionados en el terreno, junto a las balas de heno para el ganado, ya rondaba la cincuentena.

José Mercadal es uno de los dos payeses que se encargan de la explotación, centrada exclusivamente en la producción de leche. Ayer atendió a «Es Diari» mientras paseaba entre los vehículos a lomos de un caballo y comentó que «cada día viene más gente, la verdad. No se puede cobrar, pero creo que si lo hiciéramos sacaríamos más dinero que produciendo leche».

Efecto dominó
También relató que se produce un efecto dominó durante la jornada: los primeros visitantes llegan, ven que no hay nadie regulando el acceso a la finca y entran. Luego, el resto apura para hacerse con el más mínimo hueco. Así, los dos payeses que trabajan los terrenos observan como los coches ocupan sus tierras, estacionando incluso junto a la comida de las vacas que pacen en una zona anexa al parking improvisado sin autorización.

«La mayoría ni siquiera pregunta, llegan y dejan su coche. Yo estoy trabajando y cuando me doy cuenta ya está todo lleno. ¿Qué le digo al que entra? ¿Que se vaya? De momento no he tenido problemas para hacer mi labor, pero si esto sigue así me tocará avisar a la Policía Local algún día», prosigue el trabajador, que está viendo como la propiedad es ocupada de forma ilegal durante los últimos días tras llenarse el estacionamiento oficial.

Desde el inicio de la temporada, la situación que se vive en la zona de Cala en Turqueta -también en Macarella- está marcada por la saturación de vehículos. La playa cuenta con un parking público de acceso gratuito, que este año está atendido por una pareja de informadores y un guardia de seguridad. Consultados por la existencia de una parcela cercana que está siendo utilizada como zona de estacionamiento alternativa, expusieron que «parece que sí se está aparcando en los últimos días, pero está claro que no se puede hacer. La gente va por su propia iniciativa».