El 'Nura Nova' se ha despedido este domingo por la tarde de Ciutadella | Axel Camarasa

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El histórico buque «Nura Nova» partió este domingo de Son Blanc a las 19:45 horas para no regresar. Fue el último trayecto de la embarcación que ha cruzado el Canal de Menorca hasta Alcúdia de manera ininterrumpida a lo largo de los últimos dieciocho años.

Un último viaje que significa también el adiós definitivo de la naviera Iscomar, fundada en 1979, hace 37 años, para prestar servicios de tráfico marítimo de contenedores, carga rodada y vehículos con la Península, Balears y el tráfico interinsular. Una compañía que actualmente está inmersa en un concurso de acreedores que junto a la competencia creciente ha impedido que siga operando la ruta.

Muchos vecinos de Ciutadella quisieron rendir su particular homenaje a la naviera que les ha acompañado durante tantos años. Algunos fueron hasta el mismo dique para presenciar desde la cercanía las últimas maniobras de la embarcación. Otros, en cambio, prefirieron ubicarse en puntos estratégicos como el Castell de Sant Nicolau para grabar en la memoria y también con el teléfono los últimos instantes de vida de la compañía.

El «Nura Nova», escoltado por pequeñas embarcaciones y bajo la atenta mirada de los barcos de la competencia, de las navieras Trasmediterránea y Balèaria, también quiso dar las gracias a la ciudad. Lo hizo navegando a poca velocidad por delante del puerto antiguo, aquel que tantos años le había obligado a girar sobre si mismo para poder atracar.

A su paso, emitía largos bocinazos, que eran correspondidos por otras embarcaciones mientras la gente congregada aplaudía y saludaba con los dos brazos.

Entre ellas Raquel Bisquerra y su familia. Son de Palma pero hace 17 años que vinieron a vivir aquí. «Hemos venido a despedirnos del Nura Nova, él me trasladó cuando vine a Ciutadella a vivir y he viajado mucho con él, siempre que podía», explica.

Entre los pasajeros que quisieron compartir el último trayecto estaba el actor Toni Gomila, que destacó la fiabilidad y el vínculo con la embarcación y la empresa. «Iscomar era una garantía cuando hacía mal tiempo, es una pérdida de seguridad y arraigo», lamenta mientras hace cola para embarcar. «Para mí la tripulación era como una familia, cuando tenías una obra de teatro sabías que no fallaría», sostiene.

Luciano Caro es otro pasajero mallorquín que durante muchos años ha viajado con la naviera. Asegura que, como ayer, a menudo cruza el canal para venir a comer y que «si no tienes prisa por llegar va perfecto». La desaparición de la naviera, que no conocía, le sabe mal y mantiene que «la competencia es buena y ahora las islas en invierno quedarán desamparadas».

Otra pasajera asidua de la naviera, Antònia Pujades, considera «una lástima que desaparezcan las compañías de toda la vida, pasa como con todo, lo grandes se comen a los pequeños», lamentó.

Entre los que quisieron despedirse in situ de Iscomar se encontraba una representación del Club Nàutic Ciutadella. El comodoro de la entidad, Fel Torrent, lo consideraba necesario «porque ha sido una compañía muy importante para Menorca, para Ciutadella y para el Club, le estamos todos muy agradecidos».

Ahora la ruta queda en manos de la competencia, Balèaria y Trasmediterránea, que lucharán por el trozo de pastel que deja Iscomar.