La primera fase de la adecuación de la celda 3 estará lista en un mes

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La Junta de Gobierno del Consorcio de Residuos y Energía de Menorca ha aprobado este jueves en reunión extraordinaria el 'Proyecto constructivo de las actuaciones de mejora de la Fase I de ampliación del vertedero de Milà II, celda III y balsa de lixiviado (revisión marzo 2016)', llamado a solucionar la "crítica" situación que sufre Menorca a causa de la falta de espacio para el vertido de residuos.

La Junta del consorcio ha fijado asimismo para el próximo 21 de marzo la firma del acto de comprobación del replanteo que determina el inicio de las obras al día siguiente.

Esta actuación responde al dictamen de la comisión balear de Medio Ambiente, que el pasado 30 de noviembre estableció que no se podía iniciar la explotación de la llamada celda III, clausurada desde diciembre de 2014, hasta que no se presentase un proyecto de reparación de la impermeabilización.

Una vez aprobada la propuesta este miércoles en reunión de urgencia por la comisión balear de Medio Ambiente, el proyecto arrancarán en primavera con extenso listado de actuaciones, entre las que destaca la reparación del fondo de la celda III, concretamente la zona que a día de hoy no contiene residuos, con el objetivo de evitar subpresiones en el sistema de impermeabilización, monitorizar el nivel de aguas subterráneas y garantizar que sea estanca a largo plazo.

Por otro lado, se ejecutará un nuevo sistema de impermeabilización y drenaje de lixiviados de la celda III para favorecer su evacuación por gravedad, así como condicionar la celda garantizando su estabilidad, de manera que se confinen los residuos actualmente depositados y se construya una nueva capa.

También se adecuará el embalse de lixiviados para aumentar su volumen de almacenaje, eliminar los efectos de las potenciales subrepsiones e implantar un sistema de detección y control de fugas.

Desde el consorcio han recordado que actualmente la capacidad de la celda E, la que se está explotando, es muy limitada, por lo que las obras de este proyecto se han planteado en dos fases con el objetivo de disponer cuanto antes de una alternativa de vertido.

La primera de las fases tiene un periodo de ejecución previsto de un mes, periodo en el que se habilitará un espacio de 2.475 metros cuadrados para depositar residuos.

Esta primera fase dará cabida a los residuos que se generen aproximadamente durante cinco meses, tiempo durante el cual se podrán finalizar las obras de la segunda fase.

Esta segunda fase permitirá habilitar una superficie de vertido de 15.625 metros cuadrados dedicados al vertido de residuos, un espacio que desde el consorcio consideran suficientes para no tener que recurrir al traslado de los residuos fuera de Menorca.