Maó reubica de forma provisional la venta ambulante del Parc Rochina

Aunque el período de montaje arranca en mayo los vendedores empezaban a instalar su parada en abril. No obstante, este año, aún no hay actividad, a la espera de la decisión municipal. Los vendedores lamentan que este retraso, así como la incertidumbre sobre su futuro, repercutan en la caja. «Sin parada no hay ingresos», señalan. Aseguran que las ventas «no son para echar cohetes» y advierten de que un traslado en un punto del puerto sin movimiento puede suponer la desaparición del mercado.

Su propuesta alternativa pasa por una reubicación dentro de la misma plaza, en una zona que no interfiera en las obras. Uno de sus temores es que el mercadillo acabe desapareciendo.

La alcaldesa Águeda Reynés niega cualquier intención de hacer desaparecer este mercadillo, sino más bien todo lo contrario, fomentarlo y darle una imagen más atractiva. No obstante, la coincidencia de las obras en Hacienda y las de las escaleras mecánicas obligan a este traslado «de forma provisional». Reynés confía en que la reunión del martes se celebre «en positivo» y puedan llegar al consenso. Una de las propuestas municipales es que el mercado ambulante pueda compartir espacio con la feria de artesanos, en la escalinata del Parc Rochina. «Hay que valorar las opciones», asegura la alcaldesa. Autoridad Portuaria hizo una propuesta de ubicación, aunque no podía hacerse efectiva hasta la próxima temporada, de ahí la necesidad de buscar un nuevo enclave que satisfaga a todas las partes. Reynés no descarta que, una vez ejecutadas las obras, los vendedores ambulantes puedan regresar a la zona. Deberá valorarse después.