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Autofitxa

Nací en Reinosa, Cantabria, en 1925. Tengo 87 años. Hace siete décadas que soy salesiano. Me ordené como sacerdote en 1953 en el Templo del Sagrado Corazón de Barcelona. Llegué por primera vez a la Isla en 1968 y estuve dos cursos dando clases. Luego me marché y fui profesor del Seminario de Girona. Regresé al Colegio Salesiano de Ciutadella hace más de 30 años y aquí sigo. La Familia Salesiana de Calós ha organizado este domingo, día 21, a las 9 de la mañana, una misa de acción de gracias por los 60 años de sacerdocio.


Todo el mundo le conoce como don Jesús, y ha dedicado casi toda una vida haciendo de profesor en Ciutadella. ¿Cuántos alumnos han pasado por sus aulas?
Muchos, es difícil saber cuantos. Ha sido mi trabajo más vocacional y mi preferido. Ejercer de profesor ha sido siempre mi principal ilusión y lo que me ha llevado mayor dedicación.

Su ordenación fue en 1953. ¿Qué destacaría de estos 60 años de sacerdocio?
Han sido años de labor pastoral, de servicio a la Iglesia y a la Familia Salesiana. Mi vocación la he dedicado con mucha entrega haciendo de profesor y he intentado realizar esta labor con gran entusiasmo y de forma sentida.

La Comunidad Salesiana de Calós organiza una misa de acción de gracias por su labor y dedicación, ¿cómo recibe este acto?
Agradezco a la Familia Salesiana este agradecimiento provocado por el cariño y gratitud que la buena gente de Ciutadella siempre me ha tenido. He disfrutado mucho con la enseñanza, en el trato con los enfermos y en los diversos grupos de formación y, últimamente, con las personas mayores. Agradezco a todos este homenaje.

Después de retirarse de la enseñanza, ¿a qué se dedica ahora don Jesús?
En este momento ayudo como encargado de la Asociación de María Auxiliadora y en varios grupos de personas adultas: atención a los enfermos y grupos de formación como Catequesis, Vida Creixent, grupos de matrimonios y Teología.

¿Cómo ve a la Familia Salesiana de Calós en la actualidad?
Con alegría, en estos postreros años veo un resurgir de vida salesiana tanto en el colegio como en los antiguos alumnos salesianos, los catequistas, y mucha unión y actividades. Esto es debido al esfuerzo y colaboración de muchas personas que se preocupan de su formación y de poder formar a los demás: antiguos alumnos, cooperadores salesianos y encargados de los distintos grupos.

La gente, ¿se sigue implicando en el proyecto salesiano?
Da mucha alegría constatar el fervor de tantas personas que colaboran en lo material y, de manera especial, en lo espiritual. Se fomenta el conocimiento del Evangelio y el esfuerzo por propagar la fe con la plegaria vivida y alimentada por la oración.

Un mensaje para compartir...
Me siento muy agradecido por la comprensión y la adhesión inmerecida de cuanto haya podido realizar. Y agradezco de manera especial el sentimiento que ha tenido hacia mí esta hospitalaria y hermosa ciudad y la Diócesis.