Si el proceso para hacer realidad el proyecto de S'Enclusa fuera una cuenta atrás, se podría decir que faltan siete meses para que el cronómetro se quede a cero. A día de hoy, la prórroga concedida por el Gobierno central para construir el centro de interpretación en la cima de la montaña sigue agotándose en febrero de 2014, y también a día de hoy, esa es la fecha en la que las obras deberían estar acabadas. Pero lo que hoy es una realidad puede dejar de serlo si se cumplen los deseos del equipo de gobierno de la administración insular.
Ahora mismo, el Consell tiene abiertos dos frentes de negociación. Uno con el Gobierno central, intentando alargar el plazo que le concedió para ejecutar el proyecto que ya debía estar acabado. Una posibilidad es que el tiempo de ejecución se amplíe hasta finales del 2014, coincidiendo así con la prórroga que se concedió para la materialización del proyecto de fibra óptica, también financiada mediante inversiones estatutarias. Cabe recalcar, no obstante, que ahora mismo se trata solamente de una posibilidad, un deseo del Consell al que Madrid aún no ha dado respuesta. Es decir, a día de hoy sigue valiendo el plazo de febrero de 2014.
Sea cual sea finalmente la fecha de finalización máxima de las obras, el otro gran problema del Consell con S'Enclusa es el dinero. La actuación se financia a través de los fondos estatutarios, concretamente con siete millones de euros. Ahora bien, el presidente del Consell, Santiago Tadeo, recuerda que esos siete millones llegaron en el anterior mandato al Govern balear, "y allí, debido a las dificultades económicas por las que pasaban todas las administraciones, se gastaron en asuntos diferentes a su destino original". El Govern debía transferir ese dinero al Consell, pero no lo hizo porque no lo tenía. Ahora, la obligación de esta transferencia persiste, y el Ejecutivo autonómico y el Consell buscan fórmulas para encontrar ese dinero y entregarlo el Consell.
La mayor dificultad, según Tadeo, es poder transferir la totalidad de los siete millones de euros de una tacada y que el Consell pueda tener el dinero antes de que acabe el plazo de ejecución de las obras. Por eso, Govern y Consell están analizando la posibilidad de que el pago se realice en diversas anualidades, entre cuatro y cinco años. Es decir, el Govern fragmentaría los pagos al Consell, y sería la administración insular la que debería buscar la fórmula para financiar la obra mientras no llegue todo el dinero desde Palma.
Esta fórmula adquiere más lógica, según el presidente del Consell, si se tiene en cuenta que el Govern balear no solamente tiene que transferir al Consell los siete millones de euros de S'Enclusa, sino también otros cinco correspondientes al proyecto de instalación de fibra óptica. De todos modos, el dinero para la fibra óptica no es tan urgente como el de S'Enclusa, puesto que como ya se ha dicho, el plazo para ejecutar esta inversión acaba a finales del próximo año.
Según Tadeo, "habría que estudiar la manera para asumir la obra a través de nuestra tesorería". El presidente destaca que durante su mandato la situación de liquidez del Consell ha mejorado notablemente, pero aún así la operación no parece sencilla. Incluso Tadeo apunta que deberá buscarse alguna vía de acuerdo con la empresa que ejecute la obra, alguna fórmula también que permita, quizás, aliviar la carga económica inicial para el Consell.
De momento, no obstante, los pasos más inmediatos deben ser firmar un nuevo convenio entre Consell y Govern para la transferencia del dinero hasta la administración insular. Hasta que no haya dotación económica garantizada, las obras de construcción del centro de interpretación de la Reserva de la Biosfera no comenzarán.
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