La sociedad Bocayma Inversiones S.L. espera poder alzar en un futuro próximo la planta de reciclaje y tratamiento de residuos de la construcción y demolición en el predio de Biniaiet Vell, en el término municipal de Maó, con una inversión próxima a los 3,5 millones de euros. Cuenta con la oposición de ecologistas y vecinos que ven en esta instalación una amenaza para el entorno agrario, pasajístico y medioambiental, pero ellos insisten en que cumplen con la normativa en vigor, empezando por el Plan Director Sectorial para la Gestión de Residuos no Peligrosos de Menorca (PDSR), siguiendo por el Plan Territorial Insular (PTI) y acabando por la Ley 6/1997 del suelo rústico de Balears.
Nadie discute que se construya una planta más en la Isla -de hecho, el plan de residuos aprobado a mediados de 2006 prevé hasta dos en la zona de levante que, con las ya existentes en Ciutadella y Alaior, sumarían un total de cinco. La discusión en realidad se centra en su ubicación. El GOB y la Coordinadora por la Defensa de Biniaiet Vell, que aglutina a una decena de propietarios, defienden la idoneidad de ubicar un uso de estas características en una zona más degradada y con mejores accesos y servicios, como sería el caso del Polígono Industrial de Maó o, incluso, el de Sant Lluís, donde en su día se proyectó una instalación similar.
Los promotores, sin embargo, apelan al PDSR para defender su situación en el predio de Biniaiet Vell, cuyo suelo está calificado como área de interés agrario. Y es que su redactado deja lugar a pocas dudas: "La tipología de suelo que deberán cumplir las ubicaciones de las plantas de triaje de residuos de construcción y demolición podrá ser: área de interés agrario, área de transición o rústico común de interés general". Es más, añade Joan Salom de Bocayma Inversiones S.L. "las tres plantas que están en funcionamiento ahora mismo también están ubicadas en rústico".
"Cumplimos a rajatabla lo que dice la normativa", insiste, "incluso la superficie que ocuparíamos, 50.000 de los 250.000 metros cuadrados que tiene la finca, sería la mínima exigida por el plan director para una planta de tratamiento de residuos de obra y el impacto visual sería nulo porque la hemos ubicado en la zona posterior de los terrenos". Salom va más allá al advertir que para evitar afectaciones en el patrimonio que se encuentra dentro de los límites de Biniaiet Vell realizaron una catalogación previa de todos los bienes etnológicos y arqueológicos. "Nos hemos asegurado de mantener la distancia requerida por ley, tenemos el compromiso de proteger el patrimonio y podemos garantizar que en ningún caso se producirá una afectación del mismo", algo que, además, corrobora el informe favorable de Patrimonio del Consell, puntualiza.
Pero la visión de ecologistas y vecinos es diametralmente opuesta. En estos momentos, unos y otros trabajan en las alegaciones que presentarán al proyecto, ahora en exposición pública, para que el Consell no acceda a conceder la declaración de interés general, trámite necesario para poder construir un equipamiento de estas características en suelo rústico o, como sería el caso, en un área de interés agrario. Si bien todavía no ha trascendido el contenido de las alegaciones, ecologistas y propietarios apelarán al incumplimiento del artículo 26 de la Ley de suelo rústico de Balears, según el cual la declaración de interés general "solo se podrá otorgar a todas aquellas actividades que, respetando las limitaciones que de acuerdo con los usos se establezcan, trasciendan los meros intereses individuales, sean compatibles con el grado de protección de la zona y, en caso de que supongan la construcción de nuevas edificaciones, resulten de ubicación necesaria en suelo rústico".
Según el GOB y la coordinadora el proyecto de Bocayma Inversiones S.L. entraría en conflicto con cada uno de estos supuestos. Miquel Camps, responsable de Política Territorial del GOB, lo resume así: "Es obvio que, en los tiempos que corren, con una muy baja actividad en el sector de la construcción, hay más que suficiente con tres plantas, por lo que resulta difícil justificar el interés colectivo. Ahora bien, queremos dejar claro que no pondremos ningún impedimento para que se realice esta inversión, siempre y cuando se haga en suelo industrial".
Ciertamente, los promotores de la planta reconocen que la actividad en el sector de la construcción es ahora mismo muy baja pero defienden que su proyecto "está pensado a largo plazo, es una inversión de futuro" y se preguntan si no se considera "sana y necesaria" la competencia. "Si las otras plantas funcionan, ¿por qué no iba a funcionar ésta?".
Por su parte, Joan Pons, presidente de la Coordinadora por la Defensa de Biniaiet Vell, recalca la importancia de "proteger el entorno agrario, pasaijístico y medioambiental" de este paraje. Aún por determinar, a la espera de la reunión que los vecinos celebrarán el próximo jueves, Pons avanza que entre las acciones que emprenderán para mostrar su rechazo a la planta se encuentra el impulso de la campaña de recogida de firmas, iniciada un año después de que el Ayuntamiento de Maó diera curso al proyecto solicitando el interés general al Consell, y la presentación de un paquete de alegaciones.
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