Una comunidad de vecinos de Ciutadella ha tenido que acudir al vocablo que popularizó una famosa serie de televisión, la derrama, para hacer frente a la multa que les ha impuesto Inspección de Trabajo por tener una mujer de la limpieza sin dar de alta en la Seguridad Social. La sanción asciende a 15.000 euros para la comunidad de vecinos, y a 6.000 para la trabajadora en cuestión. Éste es seguramente el caso más llamativo.
Este periódico ya desveló el pasado mes la campaña iniciada para detectar a las empleadas del hogar que trabajan sin contrato, sin Seguridad Social y cobrando en dinero negro. El cambio de legislación que entró en vigor a principios de este año permite la actuación en este sector, y parece que Inspección de Trabajo ha decidido aplicar la normativa de manera muy estricta en el sector de los empleados del hogar, y la noticia ha corrido como un reguero de pólvora y ha puesto en alerta a muchas de estas trabajadoras.
A los 15.000 euros de multa impuestos a esta comunidad de vecinos, hay que añadir otros casos, como el de una sanción de 3.000 euros que ha recaído sobre una señora mayor con movilidad reducida que contaba con otra mujer joven para hacerle las labores del hogar y a la que pagaba en negro, sin contrato, "como se ha hecho toda la vida", comentaba una familiar.
Otro caso más reciente se produjo esta misma semana, cuando una inspectora acudió a una casa particular y al llamar al portero automático abrió la limpiadora y se llevó una multa.
Esta campaña ha motivado que muchas comunidades de vecinos estén acudiendo a empresas de limpieza para realizar las labores que antes realizaba una empleada sin regularizar. De hecho, varios administradores consultados por este periódico han asegurado que ésta es la vía más fácil y cómoda para solucionar la situación, más que otra vía que sería la contratación de la limpiadora por parte de la comunidad. En el primer caso, la empresa emite una factura y la pasa a la comunidad de vecinos, que la paga y se acaban los trámites. En cambio, si se decide que sean los vecinos quienes contraten a la limpiadora, la comunidad debe obtener un CIF y dar de alta a la Seguridad Social a la trabajadora en cuestión, que deberá ser como mínimo autónoma.
Algunas limpiadoras consultadas por este periódico admiten que en los últimos meses han regularizado su situación. Ahora bien, explican que esto ha supuesto un doble perjuicio. Para ellas, puesto que cobran menos que antes porque muchas de ellas se pagan su propio seguro. Y para la comunidad, puesto que la factura a final de mes es más elevada porque deben pagar el IVA.
La situación, no obstante, es más complicada para las comunidades de vecinos pequeñas, que normalmente no cuentan con ningún administrador. En este caso, desde el gremio se recomienda que acudan a un asesor para regularizar la situación. Este periódico ha podido saber que en algunos casos, alguna comunidad ha decidido dejar de contar con la limpiadora hasta que no regularicen su situación, e incluso otras, por miedo a las inspecciones, cierran con llave la puerta de la escalera para evitar ser pillados 'in fraganti' cuando limpian.
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