Adaptación mitológica y qualcada. Neptuno atracó en la cala y repartió caramelos entre los niños, que celebraron su particular fiesta con pistolas de agua y cubos. Por la noche, los caballos se adueñaron del núcleo para deleite de vecinos y visitantes. - Paco Sturla/Gemma Andreu
Lejos de languidecer ahora que oficialmente ha llegado el otoño y los días empiezan a acortarse, Cala en Porter se volcó ayer una vez más en sus fiestas tradicionales, que están a punto de cumplir su 40 aniversario. El núcleo de Alaior ha pasado a ser una zona de residencia fija para numerosos menorquines y foráneos, y sus festejos han cobrado tal vitalidad que la qualcada alcanza este fin de semana su récord de participación, cuarenta caballos y jinetes, que realizaron dos vueltas de jaleo sin que se registraran, al cierre de esta edición, incidentes relevantes, según informó la Policía Local.
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