Mesa. Ortego (moderador), Vaquero, Mir, Botella, Roman, Cajuso, Garcia y Carbonell, en Ses Moreres - Gemma Andreu

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La necesidad de potenciar la conexión del puerto con el centro de la ciudad como pieza clave para revitalizar la economía de Maó y por extensión el resto de la Isla y aplicar medidas que favorezcan un tránsito fluido entre ambos puntos ha sido materia recurrente en reuniones del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Maó.

Tras barajar diversas soluciones, el Consistorio ha decidido que la mejor opción es la colocación estratégica de cintas transportadoras. Se trata de una "decisión tomada", según el primer teniente de alcalde de Servicios Generales, Salvador Botella, quien considera que esta posibilidad elimina las barreras arquitectónicas y además favorece un flujo continuo de personas entre la rada y el centro de la ciudad. En este sentido, Botella indica que un ascensor no permite un rápido y ágil acceso cuando recala un crucero con centenares de visitantes. Sí quedaría solucionado con unas bandas mecánicas.

La franja que el Ayuntamiento considera clave para la instalación de estas cintas es la que comprende la Costa des General, Parc Rochina y Plaça Miranda, y, a su vez, sería "recomendable" la instalación en otros tramos. Aunque la medida esté tomada, el proyecto está aun en fase embrionaria. El Ayuntamiento está estudiando la ubicación definitiva así como vías de financiación, esto último, primordial para poder ejecutar el proyecto. La iniciativa es "prioritaria", en palabras de Botella, para ayudar a consolidar las restricciones al tráfico en el puerto de Maó que el Ayuntamiento ha aplicado este verano en un tramo de la rada.

Asimismo, el concejal es contundente al anunciar que "no caeré en el mismo error que con el ascensor, por lo que no pondré fecha a esta iniciativa". Del mismo modo, manifiesta que "los plazos no son lo importante sino lograr el objetivo marcado".

Mesa de debate
Esta voluntad municipal fue hecha pública ayer en el marco de la mesa redonda sobre movilidad celebrada en la calle Ses Moreres y que se enmarcaba en la Semana Europea de la Movilidad. Maó se convirtió, así, en un foro de debate para abordar aspectos relacionados con la movilidad en la ciudad.

Los participantes coincidieron en la necesidad de contar con un plan de movilidad. No obstante, los matices de dicho plan no consiguieron el consenso de los ponentes.

El arquitecto y miembro de la Plataforma por una Movilidad Alternativa, Antoni Garcia, ahondó en la necesidad de establecer "una visión global" y un "guión" para que "las pequeñas acciones que se van tomando, desligadas entre sí, no se queden en solo una salpicadura y se las lleve el mar". Por su parte, el presidente de la Asociación de Comerciantes, Vicente Cajuso, defendía "un plan integral de movilidad que empiece por la creación de aparcamientos". Para Cajuso, "un centro sin coches es posible pero sin aparcamientos cerca no hay negocio, no hay comercio, no hay vida, por lo tanto, estamos abocados a la desertización y que la gente se vaya a la periferia".

El periodista de "Es Diari", Pep Mir, consideró que se ha avanzado a "una velocidad insuficiente". Opinó que cuando hubo un plan, el de 2004, su aplicación fue "casi testimonial", ahora se actúa pero "careciendo de planificación". Para Mir, hay conceptos equivocados a la hora de abordar la movilidad. Por un lado, resaltó que hay que buscar el interés general puesto que "es imposible contentar de forma individual". Por otro, que no se puede hablar de centro de la ciudad de forma tan restringida. Y, finalmente, defendió los desplazamientos a pie. "Existe una barrera psicológica sobre ello, pero Maó es accesible a pie de punta a punta", indicaba.

Para Vicente Vaquero, jefe de la Policía Local de Maó, debe haber una "buena política de aparcamientos además de cambiar los hábitos".
En este sentido, Salvador Botella opinó que la movilidad debe sustraerse del "debate político". Además, señaló que el problema está en "la dinámica y los hábitos". Y es que, según indicó, "hay gente que sigue pagando 1,50 euros en zona azul por aparcar delante de casa cuando a dos minutos hay un aparcamiento disuasorio por diez céntimos; no avanzamos si no imponemos restricciones".

Consenso
El consenso a la hora de tomar decisiones en esta materia abrió ayer un debate entre los expertos. El secretario de la asociación de vecinos de Es Molí des Pla, José Carbonell, abogaba por un acuerdo de todas las partes implicadas en la toma de una decisión en materia de movilidad. Por el contrario, Mir y Botella coincidieron en que el consenso es relativo puesto que siempre priman los intereses particulares. "Si esperamos al consenso no avanzaremos", aseveró Botella.
éxodo poblacional del centro

La arquitecto y presidenta en 2005 y 2006 de la Agenda Local 21 de Maó, Roser Roman, ahondaba en la necesidad de revitalizar los centros urbanos a partir de la repoblación. Generaría, según Roman, mayor demanda de comercios, mejor accesibilidad y seguridad.