IES josep miquel guàrdia. Estudiantes y profesores del instituto de Alaior aprovecharon el tiempo de recreo para protestar - Pep Mir

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La comunidad educativa de Menorca vivió ayer una jornada de movilización en defensa de la enseñanza pública y contra por los recortes de 30 millones de euros en educación aplicados por el Govern.

Cacerolas en mano, alumnos, padres y docentes de colegios e institutos se unieron en una sonora protesta convocados por las organizaciones sindicales (STEI, CCOO y UGT), la Federación Autónoma de Asociaciones de Estudiantes y las Federaciones de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos. Piden la retirada de las medidas de ajuste anunciadas en el Plan de Equilibrio Económico del Ejecutivo de Bauzá.

Afirman que estos recortes, añadidos a los que se han producido en los últimos meses, ponen en riesgo la calidad de la enseñanza, aumentarán el fracaso escolar y precarizan las condiciones laborales del profesorado.

Las protestas se desarrollaron siempre fuera del horario lectivo con desigual seguimiento. Las caceroladas se llevaron a cabo en algunos centros a primera hora de la mañana y en otros, a la salida de las clases, o incluso en el tiempo de recreo. Hubo quienes protestaron en ambos horarios, e incluso centros que no secundaron las movilizaciones. Institutos y colegios de prácticamente todas las poblaciones de la Isla concentraron en la protesta a estudiantes, profesores y padres. Además de útiles de cocina se vieron otros artilugios apropiados para hacer ruido, como trompetas o tambores.

Llorenç Pons, un profesor del Instituto Joan Ramis i Ramis de Maó, advirtió que el recorte se traducirá el próximo curso en aulas masificadas. Denunció que el centro donde imparte clases perderá entre doce y quince profesores. "No es igual atender a 23 alumnos con un profesor de refuerzo que atender a 30 o 33 alumnos sin ese profesor. Es nuestro deber llamar la atención sobre lo que está pasando porque los estudiantes y las familias serán los principales perjudicados", enfatizó.

Precisamente, un grupo de profesores, entre ellos Llorenç Pons, entregó ayer en la Delegación Territorial de Educación de Menorca el manifiesto en defensa del sistema educativo de Balears firmado por las organizaciones convocantes de la cacerolada.

El escrito denuncia, entre otros extremos, los últimos recortes anunciados en el Plan de Equilibrio Económico del Govern, como el aumento de las ratios en las aulas hasta 30, porque "incrementa la carga de trabajo del personal docente y perjudica las expectativas del alumnado que necesita más atención.

Los profesores también critican la supresión de la cobertura de las bajas laborales de menos de treinta días; la eliminación del Consell de la Juventud; los recortes en el sueldo de los docentes y el incremento de las horas lectivas.

El secretario general de CCOO en Menorca, Ramón Carreras, presente en el acto de entrega del manifiesto, insistió en la existencia de alternativas al tijeretazo y acusó a los gobiernos estatal y autonómico del PP de mentir.

"Las protestas no van en contra de medidas que son inevitables, sino que ponen en evidencia que nos mienten. Dicen que no hay dinero para educación pero sí para salvar a una banca privada mal gestionada. Es un escándalo", espetó.

"Deben ser conscientes de la situación económica"

El delegado territorial de la Conselleria de Educación en Menorca, Julián Hernández, recibió ayer en su despacho al grupo de profesores que entregó el manifiesto en defensa de la educación. Hernández justificó los recortes como la única posibilidad para la pervivencia del sistema público y de los sueldos del profesorado.

Matizó que el ajuste retributivo del personal docente aprobado por el Govern en el Plan de Estabilidad Económica se ciñe solo a los complementos salariales "que no cobraban todos los profesores y además eran discriminatorios".

El responsable de Educación en la Isla admitió, no obstante, que dada la situación económica del país, el profesorado deberá "hacer un sobreesfuerzo". "Deben ser conscientes de la situación económica en la que estamos y deben empujar si queremos salir del agujero porque no tenemos otra opción".

La cacerolada de ayer en Balears es el principio del calendario de movilizaciones que preparan las organizaciones más representativas de la comunidad educativa y antesala de la jornada de lucha estatal del próximo 22 de mayo.