Felicidad. José Juan Montiel, el vendedor de los cupones, brinda con Margarita Galindo, una premiada - a. M. O.

TW
0

Un jubilado de Maó ha ganado un sueldo de 6.000 euros al mes durante 25 años con el sorteo del Cupón Fin de Semana de la ONCE del pasado domingo. Recibirá 72.000 euros al año durante el próximo cuarto de siglo (1.800.000 euros) después de comprar un cupón de dos euros en el Bar Boanta, en la calle San Manuel. Otros ocho clientes del local también han recibido premios de 25.000 euros al cupón. En total se han repartido dos millones de euros.

José Montiel Taberner, afiliado a la ONCE y vendedor del cupón desde hace 20 años ha sido quien ha llevado la suerte a este rincón de Maó. La propietaria del Bar Boanta, y agraciada con 50.000 euros (compró dos cupones), Margarita Galindo, brindaba ayer con el vendedor con una sonrisa de oreja a oreja. "El dinero ya lo he colocado, he tapado agujeros", explica esta mujer separada de 43 años y madre de tres hijos menores que regenta este local desde hace 13 años. "El bar es alquilado, pero hay muchas facturas y deudas que pagar", agrega. "Aún no me lo creo. Desde que me lo dijeron no puedo dejar de llorar, aunque estas son lágrimas de alegría. Nunca me ha tocado nada. Estoy pasando un difícil momento y esto es estupendo", comenta eufórica.

"Se fue en estado de shock"

Habitualmente José deja diez cupones en el bar y ella los reparte entre sus clientes. Esta vez sólo vendió nueve, y uno de ellos fue a manos del jubilado, "casado y con hijos" agraciado con el premio especial. Según cuenta la propietaria del negocio, ella fue quien le dio la buena nueva y al parecer, el anciano ya ha puesto tierra de por medio y se ha tomado unos días de vacaciones. "Había que verle. Lo primero que hace cuando llega al bar es pedir su carajillo y mirar el número de la ONCE en el periódico. Le dije que esta vez no mirarse, que nos había tocado. Le insistí, pensaba que estaba de broma. Luego se dio cuenta. Le dije que él era quien lo tenía mejor, que cobraría 6.000 euros al mes durante los próximos 25 años. Es una pasta. Se fue del bar como ido, no reaccionaba. Estaba en estado de shock. Me dijo que se iba 15 días fuera y que al volver me haría un regalo", relata acelerada y feliz.

"Los dos lloramos juntos"

Junto a ella José Juan Montiel, el vendedor de la ONCE, también se mostraba satisfecho. "Para un vendedor lo importante es dar premios porque así puedes seguir vendiendo más. No tengo envidia ninguna. Estoy contento por los premiados. Cuando le conté a Marga que le había tocado los dos lloramos juntos", explica. "Yo tampoco me lo creía. Miré el teletexto y luego el cupón, fui a la página web de la ONCE y luego al teletexto. Sí, había dado el premio y corriendo me vine al bar. Marga estaba durmiendo pero la despertaron sus hijos", explica.

Según relata el premio ha sido "muy repartido" entre clientes jubilados y parados. "Con la crisis se vende menos el cupón, aunque los días que hay premio se animan más", añade. José se muestra satisfecho. Hace dos años dejó también premios mayores entre sus convecinos y espera que ahora se animen más porque la esquiva suerte le sigue rondando.