Personas mayores. A los jubilados y pensionistas les tocará asumir el 10 por cien del coste de las recetas - Cris

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Los jubilados de la Isla han recibido con resignación, algunos, y con indignación, otros, el anuncio de la ampliación del copago farmacéutico, que hoy aprobará el Consejo de Ministros y que entrará en vigor dentro de dos meses. Los pensionistas deberán pagar en las farmacias un 10 por ciento del coste de los medicamentos con receta que hasta ahora obtenían de la manera gratuita, con un máximo de entre 8 y 18 euros mensuales, según la renta.

En el Esplai de Ciutadella, punto de encuentro de pensionistas, el anuncio del copago despierta opiniones encontradas. Federico Bosch, de 83 años, es uno de los jubilados que se muestra contrario a la medida. "Que los pensionistas tengamos que pagar por las recetas es un paso atrás", afirma. Otro usuario comparte su opinión: "hay pensionistas que cobramos muy poco y después de trabajar toda la vida, ahora aún nos toca pagar por las recetas". En cambio, Jordi Bosch, de 68 años, es de los que acepta el copago farmacéutico con resignación. "Hasta ahora el país había ido bien, ahora no va. No lo veo bien, pero así como está el panorama alguna cosa debemos hacer para seguir teniendo una sanidad pública. Tal vez algún día las cosas irán mejor y las recetas podrán volver a ser gratuitas".

De hecho, a los pensionistas les cuesta hacerse a la idea que les tocará pagar una parte de las recetas que hasta ahora habían sido gratuitas, especialmente para los que por prescripción médica, son grandes consumidores de medicamentos. Cristòfol Bosch, de 76 años, afirma que "es mejor tener que pagar una parte de la receta a que tengan que eliminar puestos de trabajo de médicos y enfermeras. El copago debe repartirse para que, poniendo un poco cada uno, la sanidad pública pueda mantenerse". Otro jubilado consultado, esgrime que "es una buena medida, o implantaban el copago o tenían que quitar algún otro servicio sanitario. Es justo que quien cobre más pueda pagar una parte de las recetas, en otro caso, los recortes repercutirían en otra cosa".

En cambio, una pensionista de 59 años es crítica con la medida. "Es una iniciativa que me parece fatal. El gobierno, el de ahora y los anteriores, tendría que haber tomado otras medidas antes de tener que llegar a este punto. El copago no es justo, porque los jubilados tenemos que pagar por los pecados hechos en la gestión de la administración. Antes de llegar a esto, se hubiera tenido que racionalizar el uso y consumo de medicamentos, para que no se malgasten. Además de que tenemos que asumir la deuda de la administración, hay que tener en cuenta que para los laboratorios los medicamentos son un negocio". Los pensionistas pagarán el 10 por ciento de sus recetas, con un límite de 8 euros al mes para los que tengan rentas inferiores a los 18.000 euros, y hasta un máximo de 18 euros para los pensionistas con rentas superiores.

La medida no sólo afectará a los pensionistas, sino también a los trabajadores activos que si hasta ahora pagaban el 40 por ciento del coste de las recetas, con el nuevo copago farmacéutico deberán asumir la mitad de su coste, es decir, un 10 por ciento más. "Un gasto más que tendremos que asumir los que aún tenemos trabajo", comenta Isabel Pons, una dependienta de 45 años.

En cambio, para, por ejemplo, José G., un ciudadano de 42 años que ya ha agotado su prestación por desempleo, las recetas le saldrán gratis hasta que pueda encontrar trabajo. "Esto me parece bien porque he dejado de percibir ingresos y hasta ahora tenía que abonar el 40 por ciento del coste de las recetas", asegura.