Uno de los talleres que se llevaron a cabo ayer por la mañana con motivo del XI Encuentro Nacional de Familias de Personas con síndrome de Down fue el titulado "Educación afectiva y sexual en personas con síndrome de Down", realizado por el psicólogo y terapeuta familiar Albert Costa.
Tal como Costa aseguró al iniciar la sesión "una educación sexual adecuada permite una sexualidad saludable, reduce e riesgo de abuso sexual, evita malentendidos y previene la transmisión de enfermedades o embarazos no deseados".
Por eso, el psicólogo recomendó a los padres que hablaran del tema a sus hijos con total normalidad, empezando de los dos a los nueve años explicando las diferencias entre niños y niñas, las partes del cuerpo, los lugares y conductas públicas y privadas, cómo nacen los niños o la masturbación. "Hay una creencia de que las personas Down tienen las hormonas a cien y no es cierto. Biológicamente son iguales al resto, lo que pasa es que debe existir una progresión educativa. Yo hago terapia con familias con hijos Down y otras con hijos que no lo son y veo que no hay educación sexual. La diferencia es que los que no lo son se espabilan a través de los medios de comunicación y demás, pero a los Down hay que enseñarles poco a poco, ya que existe una falta de información incluso en el vocabulario que se utiliza", apunta Costa.
El psicólogo explicó que de los 10 a los 15 años se debería hablar de la menstruación, de los sentimientos sexuales, de cómo elaborar y mantener relaciones, y detectar y oponerse a relaciones no deseadas. Ya, a partir de los 16 años, se debería tratar la diferencia entre sexo y amor, la responsabilidad de las relaciones sexuales, la paternidad y, de nuevo, oponerse a las relaciones no deseadas. "La sexualidad, también para las personas con Síndrome de Down, es una fuente de comunicación y placer, una forma de expresar la afectividad, descubrirse a uno mismo y al otro, así como la manera de satisfacer el deseo y el impulso sexual".
Actualmente, no hay prácticamente casos de personas del colectivo que hayan tenido descendencia y eso es debido a la baja fertilidad, sobre todo, de los hombres.
"Se ha mejorado mucho a nivel biológico. La esperanza de vida es mayor por lo que ahora es cuando la gente empieza a pensar en la sexualidad. La mayoría de mujeres Down recurren a los métodos anticonceptivos irreversibles. Hay que pensar que, por lo general y hasta hace poco, las personas con trisomía 21 han estado muy protegidos, sin prácticamente oportunidad para estar en intimidad", explica el terapeuta, quien añade que ellos son conscientes de su autonomía y de la anticoncepción. "He visto que en las parejas con discapacidad mental hay mayor fidelidad que en el resto. Por otro lado y aunque se va avanzando, quedan en el tintero temas algo tabú como es la masturbación o la homosexualidad de quienes pertenecen a dicho colectivo".
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