El Consorci de Residus Urbans i Energia de Menorca aprobó ayer el expediente de contratación para la gestión de la red de centros de reciclaje de la Isla durante los tres próximos años, por un importe anual de 510.203 euros. Por otra parte, la junta de gobierno del consorcio también acordó iniciar la contratación de la recogida y tratamiento de aceites vegetales usados por un periodo de 10 años y un importe de 55.613 euros.
Todos los ayuntamientos de la Isla, con la excepción de Es Castell, han construido durante el último año nuevos centros de reciclaje, cedidos al Consorci de Residus Urbans i Energia para formar una red insular de "deixalleries". El expediente de contratación estará 30 días a exposición pública y después se constituirá la mesa de contratación para culminar el procedimiento, por lo que la adjudicación podría formalizarse antes de las próximas elecciones.
No obstante, hasta la fecha solo tres centros de reciclaje -Ferreries, Es Mercadal y Sant Lluís- de los siete que se han construido disponen de la pertinente licencia de instalación, por lo que ya están preparados para su funcionamiento. En este sentido, la consellera de Economía y Medio Ambiente, Antònia Allés, señaló ayer que el resto de "deixallaries" también podrían disponer de la citada licencia cuando se adjudique el servicio. En caso contrario, la gestión se iniciará con los centros que se adecuen a la normativa y los restantes se incorporarán a medida que obtengan la licencia.
La implantación del servicio insular de "deixalleries" pretende dar un salto cualitativo y cuantitativo en la recogida selectiva, con el objetivo de incrementar la protección del medio ambiente. La empresa adjudicataria del servicio deberá clasificar y almacenar los materiales recibidos y entregarlos a un gestor autorizado; realizar el mantenimiento de la instalación y del entorno; y elaborar los informes mensuales del servicio para el consorcio.
Por otra parte, la principal novedad del servicio de recogida y tratamiento de aceites vegetales usados es la renovación de la totalidad de los contenedores que están distribuidos en la vía pública, una medida que persigue minimizar los vertidos en las inmediaciones del contenedor gracias a un dispositivo que permite el depósito del aceite en unos recipientes de plástico.
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