ofertas. Las cadenas de ropa iniciaron las rebajas con fuertes descuentos, en algunos casos de un 50 y hasta un 70 por ciento, como se anuncia en este escaparate de Maó - Gemma Andreu

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Los consumidores ya no siguen tanto los dictados de la moda como los del bolsillo, y eso se pudo constatar ayer en las principales zonas comerciales de la Isla, con un inicio de las rebajas de invierno a lo grande, con colas a las puertas de algunos establecimientos y descuentos que, ya en el primer día de la campaña, alcanzaban el 50 y hasta el 70 por ciento en productos textiles.

Y es que sin duda son la ropa, el calzado y los complementos las compras estrella de estos días posteriores a las fiestas navideñas, días asimismo de cambios de los regalos que sólo 24 horas antes eran entregados por los Reyes Magos y no acababan de encajar en gustos o tallas con sus destinatarios.

La mayoría de los comerciantes consultados ayer afirmaron que la jornada se desarrolló sin grandes diferencias con la de temporadas anteriores, aunque, salvo contadas excepciones, todos habían notado previamente un descenso en las ventas durante la campaña navideña.

Los clientes lo tenían claro y afirmaban que se han acabado los tiempos de 'comprar por comprar', así que eran muchos los que entraban a las tiendas con sus objetivos claros e incluso con un límite de prendas y presupuesto. Cada vez más los consumidores adquieren los regalos 'obligados', aquellos que son de compromiso, durante las fechas de la Navidad, y dejan para el periodo de rebajas las compras personales de moda, especialmente ropa, zapatos, bolsos y otros complementos.

Cuando se trata de productos de marca y de precios elevados la táctica se repite: la prenda en cuestión ya ha sido ojeada y es objeto de deseo hasta que llega el momento del descuento, que en estos casos no es general, varía según el producto y oscila, durante las primeras semanas, entre un 20 y un 50 por ciento de su precio original.

"La gente que ya tiene visto un modelo llega a primera hora", comentaba una de las dependientas de la zapatería de la marca Mascaró en el centro de Maó, mientras atendía a la clientela. Los más madrugadores son los que consiguen hacerse con la talla o el número que necesitan, porque ese es otro inconveniente que se pueden encontrar los que salen en busca de saldos. Una consumidora señalaba ayer –en su segunda ronda de compras de la mañana–, que uno de los inconvenientes de iniciar las rebajas justo el día después de Reyes es que los cambios de regalos se complican, porque las tallas se agotan rápido.

Perfumerías, jugueterías y tiendas de decoración estaban ayer más tranquilas que en el mes de diciembre, cedido el testigo del consumo a los negocios de ropa y zapaterías. Las franquicias, algunas recientemente instaladas en Menorca, eran las que registraban más colas en probadores y cajas; con los mismos descuentos que aplican en sus tiendas de las grandes ciudades, ayer vivían una de las jornadas de más trabajo del año, con el cambio de precios y etiquetado, el cobro, la atención al público y la colocación de prendas, todo ello entre la aglomeración de los clientes. "Este año en casa sólo hemos hecho Reyes a los niños, los demás, todos hemos esperado a las rebajas", comentaba una joven, esperando encontrar un jersey entre las gangas. Mientras, una legión de adolescentes con las propinas navideñas en la cartera, buscaba el regalo deseado a mitad de precio.