Cata. El experto Gómez Pajuelo explicó las técnicas para diferenciar una miel de otra - M.P.

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Con la miel en los labios. Ayer era el día de pronunciar esta frase y no por el hecho de quedarse con las ganas de hacer algo sino porque este néctar fue el producto encargado de someter a un examen sensorial a un grupo de amantes de la apicultura.

El Recinto Ferial de Es Mercadal acogió ayer una cata de miel comentada por el biólogo y asesor apícola Antonio Gómez Pajuelo y organizada por la Asociación Menorquina de Apicultores con motivo de su 25 aniversario. Miel de azahar y de brezo de origen nacional y dos tipos de miel de Menorca, una de la zona de Levante y otra de Poniente, se sometieron a un riguroso examen y aunque Gómez Pajuelo fue claro a la hora de apuntar peculiaridades a partir del color, olor y sabor, la exquisitez del néctar provocó que las cucharillas fueran a la boca una, dos y hasta tres veces.

El asesor apícola clasificó de "delicada" la miel de la Isla, por sus colores a ámbar claro, sabor agradable y cálido, aroma floral procedente del trébol amarillo y la "enclova" y con un punto de acidez provocado por las "lletreres". Informó que aunque la gran demanda de miel dentro de la Isla ha paralizado su comercialización exterior, en 1788 una tienda de Londres ya anunciaba miel fina de Menorca.

A su vez, el técnico destacó el concepto de colectividad que han adquirido las abejas, "han dejado de ser animales individuales para vivir en sociedad como un todo". Por su parte, el presidente de la Asociación, Bernat Cardona, apuntó como gran curiosidad la perfección de las celdillas hexagonales que elaboran al ser "los recipientes más resistentes elaborados con la menor cantidad de cera".

Cabe recordar que en Menorca hay unas 1.700 casetas, cada una con unas 40.000 abejas obreras en temporada de floración. Este año los apicultores han recolectado unos 17 quilos de miel por caseta. La asociación cuenta con 134 socios, siete apicultores tienen registro sanitario para la comercialización y cuatro se dedican a ello como oficio.
El acto contó a su vez con una exposición de utensilios apícolas. La jornada acabó con una comida de hermandad con un centenar de participantes.