Paco Muñoz Carmona. Restaurador - Elena

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Autoficha
Me llamo Paco Muñoz Carmona y vivo en Sant Lluís, aunque nací en Pozo Alcón (Jaén). Llegué a Menorca en 1972 y, desde entonces, me he dedicado a la hostelería. Estoy casado, tengo dos hijos y, próximamente, nietos. Cuando tengo tiempo libre me gusta caminar, pescar, cazar y montar en bicicleta.

Cuenta que llegó a Menorca en 1972, ¿qué le llevó a visitar la Isla?

Por aquel entonces, yo era camarero en Eivissa y tuve la oportunidad de trabajar en un barco donde se celebraba una fiesta de alemanes. Con ese barco llegamos al puerto de Ciutadella, me gustó tanto que llamé y dije que me quedaba, que me enviaran las maletas. Al año siguiente, me fui a trabajar a un hotel de Cala Galdana, donde fui jefe de sector. Luego, llegaron otros cargos en restaurantes de Biniancolla y Punta Prima, hasta que, finalmente, nos quedamos en Sant Lluís.

La hostelería tiene fama de ser dura, ¿qué parte es la que le gusta más de su trabajo?

Lo que más me llena es el trato con la gente porque conoces parte de la vida y de la cultura de los demás. Sin embargo, lo que menos me gusta es el horario, las horas que hay que echar e invertir para que el negocio tire adelante.

¿Cree que en Menorca se ofrece un buen servicio a las personas que acuden a un restaurante?

Creo que falta mucha atención. Parece que no tenemos muy claro hacia dónde queremos ir y todos deberíamos realizar un esfuerzo, del primero hasta el último, para potenciar lo que tenemos en la Isla. Hay que agradar al cliente y pienso que el servicio, en general, podría ser mucho mejor.

¿Qué es lo que echa más de menos de su tierra?

El río. Es el lugar donde pasé mi infancia, con mis amigos y los animales. Las cosas simples pero bonitas, como las romerías. La cocina... migas, gachas, potajes... Son sabores que están en el paladar y en la mente y que no se olvidan. Cuando voy allí, procuro disfrutarlo al máximo.

¿Cómo se plantea su día a día una vez que se jubile?

Me gustaría disfrutar de mis nietos con mi mujer y supongo que estaré conectado con la Isla porque mis hijos tienen su vida hecha aquí. Menorca me aporta mucha paz y tranquilidad, tiene mucho encanto, pero me encantaría pasar temporadas en ambos lugares.