El ambiente que se respiraba ayer no era muy distinto al de cualquier jornada laborable, incluso en la estación de autobuses - Gemma

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Quien se paseara durante el día de ayer por las calles de Maó o Sant Lluís, podría apreciar que la huelga no paralizó las poblaciones. Ver los establecimientos con las puertas abiertas y a los vecinos realizando sus recados demostraba que, a pesar de las numerosas quejas que ha provocado la reforma laboral, los ciudadanos han optado por no cerrar sus negocios.

En el centro de Maó, concretamente, el ambiente resultó de lo más normal. La mayoría de los propietarios de comercios aseguraron que "no está la cosa como para perder ni un día de trabajo" aunque apuntaban que no están de acuerdo con algunos puntos de las decisiones del Gobierno, sobre todo, en lo que hace referencia a retrasar la jubilación. Otros comentaron que "con esta iniciativa no se va a conseguir nada, sólo un día perdido, económicamente hablando, y eso, ¿quién nos lo pagará?". Numerosos empresarios también explicaron que algún trabajador había decidido no acudir a su puesto para poder mostrar su disconformidad, "están en su derecho y no se les puede impedir", decían.

Precisamente, gran parte de los empleados que decidieron no trabajar coinciden en afirmar que "si no lo hacemos, nuestra queja no se oirá. El problema es que, con todas las tiendas abiertas, parece que nadie ha ido a la huelga".

Similar situación se vivió en Sant Lluís, donde la rutina fue la misma que la de cualquier día laborable. Algunos comerciantes no quisieron comentar nada respecto a la huelga aunque sí declararon que, a pesar de haber abierto sus locales, asistirían a la manifestación "para hacer piña" ya que "aquí nadie quiere que se le despida fácilmente o trabajar hasta los 67 años".

Sin embargo, hubo varios vecinos que aseguraron no ir a la huelga porque "con estas medidas se podrá contratar a más gente y despedir a la que no es válida. Es muy caro mover ficha en las empresas y había que hacer algo al respecto". Más de un ciudadano dijo que "si se hiciera una huelga para quejarse por el retraso de la jubilación, iría todo el mundo".

Donde tampoco se vio el efecto de la huelga fue en las carreteras de Maó a Es Castell y de Maó a Sant Lluís, donde los operarios siguieron llevando a cabo las obras y el acondicionamiento de las vías y aceras.