Águeda Seguí - Javier

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La encontré feliz; no era para menos; con motivo de su jubilación acababa de recibir el homenaje de sus compañeros de claustro, del "Toni Juan" y de sus colegas de anteriores singladuras, entre los que se encontraban varias de sus ex profesoras de las que primero fue alumna y después compañera, era un día para enmarcar, me imagino que lo habrá hecho, al menos en su particular "álbum de los recuerdos".

"¿Porqué elegí ser maestra?, muy simple, por tú hermana, la señorita Magdalena como le llamábamos; ella era una profesora especial, muy querida por mí, y me contagió su pasión por la docencia; después, en el Instituto don Juan Vayá Menéndez nos orientó en lo que a la elección de una profesión se refiere y a mí me dijo que por mis actitudes, debía elegir una carrera relacionada con la diplomacia, la docencia y los idiomas y no tuve dudas, sería "mestressa de escola".

¿Dónde diste tus primeros pasos como alumna?
En "Sa Graduada", en el "Primo de Rivera" porque vivíamos en "Villa Juana", aunque luego nos trasladamos a vivir al "Camí de Llucmaçanes" y dicho colegio era el más cercano a casa; recuerdo que el director del centro era don Francisco Chamorro, que a sus más de 90 años, sigue "vivito y coleando", lo que me hace muy feliz.

Luego pasaste al "Virgen de Gracia".
Pero el ubicado en la calle de San José ya que has de tener en cuenta que comencé a ir a clase con sólo tres años de edad … de este segundo colegio recuerdo a algunas de mis profesoras, a doña Magdalena, a doña Carmen Cabal y a doña Teresa Larrucea, lo mejor de lo mejor como personas y como educadoras.

Y de ahí al Instituto.
Pues sí, allí cursé los seis cursos preceptivos y la reválida, de acuerdo con el "Plan nuevo", denominación que le dábamos al nuevo plan que venía a sustituir al de 1950, y con este bagaje ingresé en la "Escuela Normal" de Palma, donde comencé mi "aventura" para convertirme en docente.

Eran otros tiempos con mentalidad diferente a la actual; ¿qué destacarías?
Las prácticas que realizábamos en un colegio; eran un cuatrimestre en que pasábamos por distintas clases, yo recuerdo las hice en el colegio de "La Soledad", en Palma y concretamente en 6º, 7º y 9º, clases en las que el número de alumnos era de 53, con dos profesores y además éramos "seguidos" por el Inspector, que en aquellos años era el Sr. Suñer; todo éste se desarrolló en el curso 72/73.

Y ya con el título bajo el brazo te plantaste en Menorca, ¿cuál fue tu primer destino?
Sant Lluís; debuté allí en el curso 73/74, luego estuve en Ferreries y seguidamente en Binixems (Alaior) y al casarme regresé de nuevo a Mallorca, a Son Canals.

Tras esta primera etapa, un tanto experimental, el "Toni Juan" te esperaba.
Sí, pero antes pasé por el "Mateo Fontirroig" y por ser la profesora con mayor antigüedad fui designada como directora del centro, cargo que no me gustaba por lo que, a la primera oportunidad regresé, definitivamente, al "Toni Juan", en donde he permanecido por espacio de 31 años.

¿Compensa estar metida en tan complicada tarea?
Compensa y gratifica porque aprendes muchas cosas, sobre todo a conocer y a valorar a las personas y esto no sólo te enriquece en lo personal sino que te proporciona una visión más objetiva de la realidad del mundo en que vives.

Profesión, la tuya, que te obliga a vivir intensamente.
Efectivamente porque nunca puedes olvidar lo que eres, intentando ser ejemplo, respetando a todas las personas por igual y procurando también ser consecuente con cuanto enseñas.

¿Tienes algunos recuerdos especiales?
Los tengo; del primero vas a reírte; sucedió estando en el "Toni Juan", en mi primera reunión con los padres de los alumnos del curso, a la que también asistieron dos compañeros, Pepe Florit y Manuel Aragón, uno de los padres me preguntó si era difícil manejar a toda una clase de chicos, yo le dije que no eran especialmente conflictivos pero, "en algún momento he de ser un poco guardia …" y me paré, porque el padre que estaba frente a mí era precisamente Guardia Civil, que de inmediato me dijo, "no se preocupe, se lo que intenta decir y lo comprendo". Otro recuerdo son las celebraciones del "Día del Maestro" que hoy organizan los profesores jubilados pero antes no, antes lo hacíamos los que estábamos en activo.

También organizabas "trobades" con alumnos de Ciutadella.
Cierto, dada la buena relación con Anita Camps, maestra de Ciutadella, en ocasiones nos reuníamos los alumnos de su clase y los míos, en "Sa Roca", era una forma de fomentar la amistad y establecer lazos comunes entre Maó y Ciutadella.

Enseñar y … ¿educar?
Sí, aunque en nuestra profesión lo que pretendemos, al menos yo lo intentaba, es enseñar a nuestros alumnos a ser personas y prepararles para que el día de mañana sean capaces de utilizar no sólo los libros sino saber traducir todo este bagaje en respeto a los demás, en tolerancia.

La sociedad ha cambiado y, lógicamente también la familia, ¿es así?
Claro, antes había padres que te decían: "si és necessari li doni un toc"; como comprenderás de "tocs" nada de nada, pero era una forma de confiar plenamente en los maestros, ahora la mentalidad de los padres es otra, ahora incluso ante una mentira defienden a los hijos; en cierta ocasión llamé a una madre para advertirle de un determinado hecho que su hijo había cometido, ella me dijo que aquello era imposible, que su hijo lo negaba y que ella confiaba ciegamente en él … meses después, por unos vecinos, dicha madre se enteró de la verdad, la que yo le había comunicado; afortunadamente reaccionó con nobleza y vino a verme, "qué mal lo hice", confié más en mi hijo que en usted".

Evidentemente, la relación entre padres y educadores es fundamental.
Lo es y a todos los niveles, porque sin ésta comunicación la labor educativa de los niños carece de una base sólida, pero en la sociedad actual hay muchos factores negativos, ejemplos que carcomen los fundamentos de la sociedad como son los que genera cierta clase de televisión o determinados comportamientos de los adultos.

En tú etapa de estudiante eras lo que llamamos una estudiante modelo, muy querida por tus profesores y por tus compañeros de clase.
No me hagas sonrojar … pero era más o menos como dices, porque iba a lo mío a no perder la oportunidad que se me brindaba; recuerdo que en Palma, la profesora de Lengua me llamó a su despacho y, cuando me temía lo peor, fue para felicitarme por mi comportamiento, incluso dijo: "Se ve que en Mahón la herencia dejada por los ingleses todavía perdura"; también recuerdo que en Ciencias Naturales, cuyo profesor era un hueso, siempre tuve muy buenas notas y en otra asignatura era incapaz de "decir ni media palabra", a pesar de que el profesor era buenísimo pero … por fortuna siempre aprobé gracias a los exámenes escritos.

Has tenido tres hijos, has parido a tres, pero además has tenido que "torear" con la tribu de los chavales, hoy ya hombres, que tú marido entrenaba, ¿lo recuerdas?
Claro que sí y los quiero a todos como ellos me aprecian no sólo a mi sino también a Juan … David Pons siempre me decía: "Guedi, no me faixis de segona mamà".Los recuerdo con cariño a todos, a tú hijo, a Miki, a Fernando Gómez, a Juan Sangil, a Juan Santaló … a todos.

Pero, ¿te gusta el basket?
No especialmente, además las dos horas que dura un partido las dedicaba a corregir los trabajos -deberes- de mis alumnos, pero debo decirte que no creo en el corregir por corregir sino en hacerlo con el alumno y explicarle el porqué de los errores cometidos.

¿Recuerdas a don Luis Hernández?
Mucho, era una persona entrañable y un extraordinario profesor de Matemáticas, y un acérrimo madridista; en cierta ocasión en que el Madrid perdió, los alumnos, los chicos, se presentaron con corbatas o lazos negros; también recuerdo al Sr. Chamorro, otro excelente profesor, del que aprendí muchísimo.

¿Cómo definirías el ser maestro?
Para mí ha sido dar un sentido profesional a mi vida; he sido lo que siempre deseé ser, por vocación y por convencimiento; después de 38 años de estar en el tajo, puedo afirmar que me siento muy feliz y como te he dicho, realizada porque enseñar e intentar educar es de una gran dimensión humana.

Estuviste a punto de perder el "tren" de las oposiciones, ¿por qué?
Éramos más de 400 los que opositábamos, porque desde el 70 no se había habido ninguna convocatoria y, claro, en el 74 fecha de dichos exámenes, el número de maestros que nos presentamos era numeroso y ocurrió que una vez tuvimos en nuestras manos los cuestionarios del examen la mayoría se levantó y abandonó el aula, yo me levanté, pero de inmediato volví a sentarme y me dije, si me han de suspender no será por abandonar, y aprobé.

Según parece el número de profesores interinos va a ser reducido, ante dicha noticia, ¿qué sientes?
Malestar y me produce una gran tristeza porque el futuro está en la educación, en la cultura, y esto requiere unas condiciones idóneas, tanto de profesorado, como de instalaciones y demás.

¿Valoramos la educación, la cultura, en su justa medida?
Antes si, ahora no, ahora no le damos el valor que debe tener; antaño, en cualquier pueblo, el cura, el médico y el maestro eran los tres pilares básicos de la comunidad, ahora no, ahora es otra historia, para mi menos humana.

La crisis que nos acongoja, ¿afectará también a la escuela?
Me temo que sí, con un agravante poco comentado, que el nerviosismo que genera la falta de trabajo o el estar en el paro, la familia, los padres, lo trasmitan a los hijos creando un estado poco propicio no sólo para una convivencia civilizada, sino incluso para aprovechar en positivo la enseñanza que reciben en el colegio.

En la enseñanza, ¿introducirías algunos cambios?
Todas aquellos que vayan en beneficio de un aprendizaje mejor; y sin querer sentar cátedra, "recomendaría" a los profesores que en clase se olvidasen de sus ideas políticas y religiosas y que se volcasen en su trabajo; digo esto porque he visto que en ocasiones, quienes predican la tolerancia son los menos tolerantes.

¿La letra con sangre entra?
No, desde luego que no; este slogan, lo diré así, hace mucho tiempo que desapareció y fue sustituido por el respeto e incluso el cariño hacia los alumnos.

Las notas, las calificaciones, ¿son importantes?
Lo son pero dentro de su justa medida; te comentaré lo que en cierta ocasión me sucedió directamente a mi; mi hermana, unos pocos años mayor que yo, fue con su clase a la Colarsega en donde había un lavadero público y allí realizaron un dibujo, el de ella obtuvo un siete, era un buen dibujo, años después mi clase repitió la experiencia y yo copié el trabajo de mi hermana, y a mí me puntuaron con un "10". Comprenderás que en lo de las calificaciones intervienen muchos factores.

¿Te preocupa la crisis?
Muchísimo porque genera un sinfín de conflictos en todos los niveles de muy difícil solución.

¿Volverías a ser maestra?
Sí, y te lo digo con rotundidad, sin embargo no se si sería partidaria de que, en estos momentos y en las actuales circunstancias, alguno de mis hijos eligiera lo que ha sido mi profesión, que yo elegí libremente y en ella he sido feliz, por lo tanto ellos, mi hijos, son tan libres para elegir su futuro como yo lo fui.
Manuel Pacheco, un poeta extremeño, en "Poesía en la tierra", dice: "Si el niño nace barro, hay que hacerlo esperanza …"
Yo te diría que ésta ha sido mi meta, mi objetivo; enseñarle a ser hombre en el más amplio sentido de la palabra, a compartir, a respetar a los demás y a ser competentes.

Y la humanidad, tal como van las cosas, ¿tiene futuro?
Pienso y creo que sí, de lo contrario mal nos iría; aunque me temo que habremos de cambiar muchas cosas, engrasar muchos mecanismos actualmente anquilosados.

¿Vives mirando al mañana?
He aprendido a vivir el presente, día a día, minuto a minuto, el pasado es sólo una referencia y un recuerdo de las cosas buenas que me han sucedido, las otras las lancé por la borda y como el futuro es imprevisible, me agarro al presente.

Aunque no eres materialista, ¿qué le pides a la vida?
Salud, paz y que todo el mundo sea feliz.

Que mejor final para una entrevista a una maestra vocacional, que hizo de su profesión una forma de vida e intentó escribir un mensaje de esperanza.