Cristina Silvera Montedo.

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Autoficha
Me llamo Cristina Silvera Montedo, nací en Uruguay, donde me formé como modista y profesora de costura. Llegué a Menorca en 1979 y en 1980 ya me puse a coser. Tengo tres hijas, Andrea, Gabriela y Verónica, y tengo cuatro nietos varones. En otra actividad de mi vida también he sido cantante, del grupo "De igual a igual" y también estuve mucho tiempo con Andrés Ferrer en "El Salón" donde cantaba y hacíamos escena y teatro.

Ll. Pons Maó

¿Cómo empezó en el mundo de la costura?
A los catorce años mi madre me mandó a coser y al medio año no entendía nada y lo dejé, seguramente no era el momento. En cambio cuando tenía dos de mis hijas me presenté a una selección, me aceptaron y lo hice. Estudié en la Universidad del Trabajo del Uruguay, elegí primero hacer de modista y luego tuve que hacer unos años de profesora. En 1977 me titulé y fue cuando llegué a Menorca que me puse a coser y así podía estar también con mis hijas ya que no tenía con quien dejarlas y quería tenerlas cerca a la vez que trabajaba.

¿Y cómo fueron sus inicios en Menorca?
Estuve en la Costa Deià durante 18 años y ahora estoy en Andrea Doria. Siempre me he dedicado a coser y a dar clases, además de en Maó he dado clases en Es Castell y Ferreries. Ahora hago por las mañanas arreglos de costura y por las tardes, de 16 a 17 horas, doy clases de costura, patronajes. Y así empecé la rueda que siguió toda mi vida.

¿La confección sigue siendo trabajo de la modista?
Ahora casi se podría decir que no. Yo había confeccionado de todo, hasta vestidos de novia. Antes era muy fácil ir a comprar una tela y llevarla a la modista para confeccionar una prenda y te salía bien de precio, ahora no. Lo mismo los disfraces, durante muchos años hacía montones de disfraces, me pasaba hasta la madrugada cosiendo para entregar todo para el jueves lardero. Ahora la modista hace cosas muy especiales y puntuales. Hoy la gente utiliza más a las modistas para arreglos.

¿Cuál es el perfil de sus alumnas actualmente?
En estos momentos doy clases a once alumnas, la mayoría son mujeres mayores, de 30 hacia arriba, también vienen dos chiquitas de doce años porque les gusta coser y se están haciendo prendas para ellas y una para un sobrinito que tiene. Es gente a la que le gusta coser y confeccionar su ropa. En los años 80 fue el momento de más esplendor, llegué a tener 70 alumnas. Daba clases por la mañana, al mediodía, por la tarde y también por la noche. Trabajaba muchísimo. Ahora es distinto, la gente que viene es porque le gusta coser y tiene la ilusión de hacerse alguna prenda.

¿Qué sistema es el que enseña?
Es un sistema sudamericano y es muy rápido aunque se necesita un tiempo, por supuesto, pero llevo tantos años que lo he simplificado y la gente puede hacer enseguida alguna cosa. Primero nos sacamos el patrón para nosotras mismas. Es importante saber sacar las medidas, si no seguro que sale mal, y para empezar hacemos una falda sencilla. Si las alumnas siguen los tres cursos pueden llegar a hacerse trajes chaqueta y abrigos. También trabajamos sobre sus gustos y traen dibujos de lo que les gustaría hacerse y sacamos el patrón.