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"Parecía como si a su alrededor flotara una especie de niebla que impedía ver claro cómo era". Esta es una de las mejores definiciones de quien en los últimos días se ha convertido en el hombre de moda en Ciutadella, Menorca y más allá. La niebla que aún hoy rodea a Juan Ignacio Balada Llabrés, 'Nasi' para sus escasos amigos, se ha vuelto objeto de deseo para los ansiosos de rumorología, alimento tentador para el morbo y para hacer crecer leyenda sobre quien ha decidido legar su fortuna a los Príncipes de Asturias y, con ello, dejar a propios y extraños estupefactos.

Todos los que trataron con Balada coinciden en calificarlo con una palabra: raro. Diccionario en mano, raro significa "extraordinario, poco común o frecuente; escaso en su clase o especie; insigne, sobresaliente o excelente en su línea; extravagante de genio o de comportamiento y propenso a singularizarse". Parece como si el diccionario hubiese elaborado esta definición partiendo de la personalidad del multimillonario ciutadellenc, a quien algo le marcó en la vida: ser hijo único. Catalina Llabrés Piris, 'na Nina s'apotecària' y Ramon Balada Matamoros no tuvieron más que un hijo, Juan Ignacio, y eso empezó a forjar su personalidad solitaria y extravagante. Quienes fueron al colegio con él ya le definen como introvertido y cerrado. Una condición que se engrandeció con su nivel económico, muy por encima del resto de sus compañeros. Eso hizo de Balada una persona introvertida, cerrada en sí misma, pero eso sí, dicen sus allegados, educada y respetuosa al máximo.

Artículo completo en la edición impresa de hoy del diario "Menorca".