H. Moyano, junto a algunas de las piezas que exhibe en el Espai Xec Coll.

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«Innovar en la pintura es muy difícil», reconoce H Moyano (Maó, 1976). Sin embargo, el artista no ceja en su empeño de intentarlo. Pese a su ya larga trayectoria, se considera en cierto modo «un aprendiz» que sigue buscando su camino. «La teoría del arte me ha ayudado mucho a llegar a esto que pinto. También leer mucho, ver exposiciones, leer a filósofos del arte. Teniendo una base cultural un poco más amplia, intento poner mi granito de arena al mundo del arte». La reflexión viene al hilo de la reciente inauguración en la sala Espai Xec Coll (Ciutadella) de su nueva exposición, «Neoabstracció».

El resultado de un proyecto que bebe de la influencia que ha tenido en su carrera quien considera uno de sus grandes referentes, Miquel Barceló. El reconocido artista, con su particular estilo y técnica, prendió en él una chispa de inspiración en 2004 que comenzó a dar los resultados que quería cuatro años después: «Fue entonces cuando me di cuenta que tenía algo nuevo entre manos», relata el menorquín, quien a lo largo de su carrera ha trabajado con diferentes estilos.

Volvemos veinte años atrás. Acababa de terminar una colección de óleos cuando se dio cuenta de que su camiseta de trabajo, llena de manchas de pintura, posada sobre una silla, era una de las mejores obras que tenía a su alrededor. Así comenzó un proceso de investigación con el que no ha dejado de trabajar desde entonces. Fue en aquel momento cuando «con esos volúmenes y texturas, que se salían del bastidor clásico», se dio cuenta H Moyano de que tenía algo más que aportar.

Es la segunda muestra individual de su trayectoria en Ciutadella. | Josep Bagur Gomila

Lo de neoabstracción es una etiqueta más, tan solo eso. «Con la entrada de la globalización, más o menos en torno al año 2000, todas las corrientes artísticas dejan de existir como tales. Las vanguardias caducan», reflexiona el artista. Y en el marco de esa aldea global cada vez más interconectada y dinamizada por internet, considera que «todas las razas, las culturas, las religiones, los sexos, los pensamientos, indistintamente de la posición social, son como los colores: todos validos y necesarios». Y en ese sentido, añade en la presentación de su nueva muestra que «cada persona tendría que poder elegir el tipo de energía, de color y luz que le envuelve en su entorno, en su día a día y en su vida».

En la sala Xec Coll lucen actualmente 16 obras integradas por 28 piezas (hay dípticos y trípticos), además de una instalación y una proyección de videoarte. Alguna de las piezas se remonta a sus inicios en el trabajo con volúmenes y texturas, pero la mayor parte son de reciente creación.

La muestra es el resultado de un proceso experimental del que pueden formar parte desde una camiseta usada a una tela comprada en una tienda de Barcelona con más cien años de historia. Todo bañado de colores flúor. «Mis obras intentan, ante todo, ser positivas. Pretendo crear pantallas de energía positiva. Que veas algo y, aunque no sepas lo que es, te cargue de energía», concluye.

«Neoabstracció». En el Espai Xec Coll de Ciutadella, hasta el 8 de enero.

El apunte

Una «espiral» creativa que se basa en no cerrar puertas

Dice Moyano que la obra de un artista tiene que ver con el camino que recorre. La neoabstracción es la vertiente en la que está volcado, pero no renuncia a los campos que ha explorado a lo largo de su carrera, como los paisajes y las instalaciones de corte más pop. «Cuando llevo unos meses haciendo lo mismo, necesito cambiar», confiesa, «pero no soy de esos artistas que cierran etapas. Yo acostumbro también a volver atrás. Digamos que es como una espirar que transita por donde has ido, pero a otro nivel».