Cárdenas, con algunas de las piezas que forman parte de su instalación artística. | Gemma Andreu

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Todo parece ir viento en popa en la carrera de Jordi Cárdenas (Maó, 1991). A muchos les sonará su nombre por ser el autor del último cartel de las fiestas de Gràcia, pero el artista lleva ya años abriéndose camino en el mundo del arte. Su primer gran golpe de efecto fue alzarse el año pasado con una mención especial para la obra de un autor menor de 35 años en e Premi Ciutat de Maó de Pintura, distinción que ha tenido como recompensa la exposición que el martes inauguró en la Sala Sant Antoni y que se podrá visitar hasta el 28 de este mes.

Cárdenas, que se formó con un ciclo de grado superior de artes aplicadas al muro en la Escuela de Arte y diseño La Llotja de Barcelona, realizó su primera muestra individual en Rotterdam en 2019, pero nunca antes había expuesto en solitario en su tierra natal, aunque sí había participado en varias colectivas.

El artista se estrena en casa con una colección que lleva por título «Tan romàntic com precari». Una frase que se puede entender, advierte, como una declaración de intenciones, no en lo que estrictamente se refiere al mundo del arte, «sino acerca de un estilo de vida» advierte. Una propuesta que refleja una forma de afrontar la existencia «en un mundo contemporáneo que habla sobre las ideas y conceptos de inestabilidad y estabilidad».

El pintor habla con su pincel sobre esa dualidad y «cómo repercute en los éxitos y fracasos de la vida moderna», eso sí, abordado siempre desde un prisma que pasa por «un punto de vista enigmático, histórico y dramático», sostiene.

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Imagen de la inauguración de la muestra el martes en la sala Sant Antoni.

La colección de «Tan romàntic com precari» está formada por una quincena de obras, todas ellas creadas a propósito para la ocasión. Una propuesta que se redondea con una instalación artística que «habla sobre un sueño profundo que es como una especie de pesadilla» y en la que aparecen lo que son procesos creativos para la exposición «de piezas y artefactos que nunca han llegado a ser obras».
La guinda a la muestra la pone un audiovisual firmado por el realizador menorquín Macià Florit sobre el proceso creativo de Cárdenas para «Tan romàntic com precari». Una pieza que cuenta como banda sonora con «A la vora de la mar», del grupo Belinfante Quartet, del que forma parte el violonchelista de Ciutadella Pau Marquès.

En lo que se refiere a definir su estilo artístico, Cárdenas reconoce que se trata de «una tarea un tanto compleja». Pero lo resuelve citando a tres artistas que han sido y son un referente para él a la hora de crear. Del belga Pieter Brueghel el Viejo ha «absorbido su capacidad de lo burlesco y divertido».

También se ha dejado imbuir «por la estética y la composición de la imagen» del pintor alemán Ruprecht von Kaufmann. Mientras que el español Baldomero Romero Ressendi ha dejado huella en él a través de «sus temáticas folclóricas vistas desde un mundo enigmático y un tanto decadente».

Confiesa el menorquín que lo que le motiva para crear una obra pictórica es siempre la determinada situación de uno o varios personajes. «Empiezo a construir a partir de un elemento que contiene luz, y desde ahí desarrollo una narrativa», relata. Un proceso que se culmina con su particular utilización del color, un factor de «gran importancia» en su obra «porque determina el carácter de la imagen... Siempre intento utilizar como recurso expresivo la luz y el color», concluye el artista.

«Tan romàntic com precari». En la sala de exposiciones Sant Antoni de Maó hasta el 28 de septiembre.