Monrós, el viernes en la galería Vidrart de Ciutadella junto a dos de las obras de ‘Mediterranean duets’, muestra que se puede visitar hasta el 5 de octubre. | Gisela Salord

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En los últimos tiempos no ha sido fácil disfrutar de una exposición individual de David Monrós en la Isla. Sí lo han hecho en la Península, Eivissa y en Mallorca, pero la espera para contemplar el particular universo creativo del artista a través de una colección ha terminado. El pintor catalán, afincado en Menorca desde hace más de cuarenta años, inauguró el pasado viernes una colección que lleva por título «Mediterranean duets» en la galería Vidrart de Ciutadella, de cuyas paredes sus obras colgarán hasta el 5 de octubre.

El mar ha sido siempre una constante en la obra de Monrós, de una forma especial el Mediterráneo. «Fue mi origen y el de mis antepasados, y el trayecto hasta día de hoy, aun con influencias externas, ha sido por cultura y modus vivendi marcadamente mediterráneo». Más aún desde que el destino le trajo a Menorca, donde el mar además de «un medio de inspiración» representa «un todo, tanto mental como físicamente».

Los ecos de la psicodelia y el mundo underground de su juventud aún se reflejan en su época de madurez. Una trayectoria en la que Menorca supuso un punto de inflexión. Monrós venía de una vida más rebelde y urbanita en Barcelona. Allí trabaja en el mundo del cómic y la cartelería, marcado por el blanco y negro, pero fue poner un pie en la Isla y producirse una explosión de color que perdura hasta la actualidad. «Me fascina todo lo relacionado con el Mediterráneo, con la mitología y la historia de los primeros navegantes», confiesa.

Mensaje, crítica y poesía

Reconoce también que, desde fuera, suelen etiquetar su obra como muy pop, pero no se puede obviar que en su producción actual se nota que acostumbra a volver a sus orígenes, y lo hace con «la sátira y el sarcasmo, no exentos de crítica». Y es que «el mar Mediterráneo está como está, el pobre», algo que no le extraña «viendo como tratamos el planeta, cada vez hay menos peces y más plástico», lamenta el creador, que sabe bien de lo que habla ya que también es apneísta.

Pero la luminosidad de las obras de Monrós no eclipsa el mensaje de su conjunto artístico, que también es voluptuoso y poético. Su producción es amplia, y confiesa que a la hora de trabajar en el estudio «busco el equilibrio entre ser honesto conmigo mismo y a la vez ver por donde anda el mercado». Aunque últimamente no se ha prodigado en la Isla de forma individual, sí es habitual seguir la pista del pintor a través de otros proyectos colectivos, como por ejemplo la Gran Migjornale o la exposición coral Pasearte que tendrá lugar el próximo día 14 en Fornells.

En lo que se refiere a «Mediterranean duets», concluye que es, sobre todo, una muestra para amantes del mar como él, quien con el paso del tiempo ha encontrado en Menorca «un lugar que me lo ha dado todo, una familia y un negocio», además de «una calidad de vida que no cambio por nada».