El galerista uruguayo Pablo Pedronzo, ayer en el espacio que abrirá sus puertas el próximo 1 de julio en la calle Isabel II. | Gemma Andreu

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La de Isabel II es una de las calles con más historia de Maó, y también con más arte. Al centro cultural de la Fundación Reynolds y el espacio expositivo de Can Albertí, se sumará a partir del próximo 1 de julio la Galería de las Misiones, una firma internacional, con sedes en Uruguay y Miami, que aterriza en Menorca como otra propuesta de nivel dentro del mundo del arte.

Los promotores se ha decantado por instalarse en el número 5 de la citada vía, en las dependencias de un edificio con solera conocido como Palau Febrer. Hablan de la Isla «como un destino creciente para los amantes y coleccionistas de arte» y avanzan que el espacio estará dedicado «a los movimientos de vanguardia histórica del arte moderno», explica el director del proyecto, Pablo Pedronzo.

Añade el galerista que el desembarco de la firma internacional en Menorca «surge como un paso natural consecuencia de nuestra participación cada año en la feria ARCO en Madrid. El mercado español es algo que estamos trabajando desde hace mucho tiempo».

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La galería repartirá su proyecto en cuatro salas. | Gemma Andreu

Pero esa no es la única razón de peso. Hay otra, «más sentimental», y tiene que ver con el año y medio que Pedronzo vivió en de joven, cuando se mudó con sus padres y cursó estudios en el colegio de La Salle. El recuerdo de Menorca ha sido clave, pero el experto en arte no obvia también el efecto llamada que producen proyectos tan grandes como el desembarco de Hauser & Wirth. En ese sentido, cabe avanzar que unos días después, el 6 de julio, abrirá también sus puertas otra galería, Albarrán Bourdais, impulsada por un galerista parisino, en la gran casa señorial en la Costa Deià, frente al Teatre Principal.

Volviendo a ‘Las Misiones’, su llegada a Menorca se ha gestado de una manera muy rápida. La decisión se tomó el pasado mes de marzo, en ARCO, y actualmente se trabaja en los últimos retoques del espacio. Reconoce, no obstante, Pedronzo, que encontrar el lugar «no ha sido fácil», pero que al final, «en el último minuto», se ha allanado el camino con la firma de un contrato de alquiler en la conocida vía mahonesa. Un palacio con cuatro estancias diferenciadas y algo más de 640 metros cuadrados de superficie.

La distribución permitirá habilitar diferentes espacios expositivos, pero en el arranque del proyecto el principal protagonismo recaerá en el uruguayo Pablo Atchugarry, un artista de gran prestigio a nivel internacional. «Es uno de los escultores contemporáneos más importantes de la actualidad», apostilla el galerista, que está trabajando para que el autor, que actualmente exhibe al aire libre en Valencia siete piezas de grandes dimensiones, pueda venir a la inauguración.

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El escultor Pablo Atchugarry, uno de los artistas contemporáneos más reconocidos junto a una de sus obras. | Efe-Edu Bay

Diálogo artístico

La versatilidad del edificio, «con unas características especiales», permite que el discurso expositivo sea más amplio en el Palau Febrer. Además de la muestra estrella de Atchugarry, la galería exhibirá piezas de otros artistas de renombre, entre ellos Joaquín Torres García, Juan Gris, Joan Miró, José Pedro Costigliolo, Antoni Tapies, Augusto Torres, Carlos Carnero, Antonio Saura y María Freire. El proyecto pivota en torno a los denominados «maestros de las vanguardias históricas, tanto europeas como latinoamericanas y la intención es que ese conjunto pueda dialogar», adelanta el galerista, que considera que «este nuevo espacio en Menorca nos permite acercar aún más ese tipo de arte a nuestro público europeo».

Por su parte, desde el equipo de comunicación se pone el acento en que con la Galería de las Misiones la Isla «reafirma» su estatus como «un vibrante centro cultural, enriqueciendo su oferta artística y atrayendo a un público aún más diverso y apasionado».

El proyecto arrancará en dos semanas con una temporada que Pedronzo califica «como un verano alargado», ya que abrirá al público hasta principios de octubre. Después, en función de cómo se vayan desarrollando los acontecimientos, se pondrán sobre la mesa diferentes modelos, entre los que no se descarta el de trabajar durante todo el año.