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Yo he visto cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tanhauser... todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. ¡Es tiempo de morir!

(De la películaBlade Runner)

La voz ya no le sale al aire, se le olvidó pronunciar. Todo es vértigo. La gangrena reside en la risa de los demás y ya nada importa, la vista se vuelve ciénaga, espasmo, no sabe sonreír. Vio demasiadas cosas increíbles. Huele el final.

Dicen de ella que la cabeza no la tenía muy grande, no señor, pero es sabido que de jóvenes tenemos mucho disco duro vacante y que en él se amontonan cantidad de imágenes que ahora se hacen muy difíciles de arrancar y mandarlas al aliviadero. Es lamentable bregar con la espátula y raspar para así encontrar un huequito amable donde poder almacenar más conceptos. 97 por cien de su capacidad –le dijo un día un cartelito- y desde entonces no hacía otra cosa que luchar por poder embutir historias que se le pudrían al sol todas las mañanas o al anochecer se le humedecían sin cesar. Duele. Tanhauser es el nombre de un milagro que jamás sucederá y sabe que hay extrañas criaturas en el espacio a quienes conquistar, pero no podrá nunca atraparlas con sus redes, que le arden frente a sus ojos y mueren sin confesión y si perdonar. No podrá ejercer de Dios salvándolas. Está ahíta de soledad, de la soledad que le imprime el ser un androide abotargado, cansado de no poder amar. Las pistas que se le ofrecen más allá de Orión no son practicables y su tránsito es un aquelarre de seres que se suceden sin solución de continuidad, un maremágnum infinito de confusiones, un caos de vidas pubescentes que nunca tendrán cronista y se perderán en el tiempo como la lluvia de sus lágrimas se pierde en el mar. Mas no es el momento de llorar. La vida no tiene remedio y no es cuestión de buscar en el olvido las palabras que no se pudieron decir o ni siquiera pensar. No hay sitio material para recolectar sentimientos, todo transcurrió con una premura que no dio tiempo a aprovechar en una infusión incolora de polvo de nieve y alcohol. Falta la suficiencia. Todos duermen... Hay millones de replicantes esperando otra estrella fugaz.

(Blade Runnersegún Amy Winehouse)