"La gente no se puede imaginar la energía y el esfuerzo que hay detrás de cada obra"

Explica la autora las sensaciones acaecidas durante el proceso de modelar sus dibujos sobre papel para reinventarlos ahora en mayores dimensiones. Con el soporte de madera, acrílico y rotulador para rompe con lo tradicional. "En esta exposición muestro lo que soy, ni más ni menos". Sincera –quizá demasiado para el remolino artístico en el que acaba de ingresar–, Espinosa explota al máximo su quimera pictórica. Sus personajes de ojos soñadores y alzados en la máxima expresión del color, asisten impasibles –con la paz que les ha sido dada– a la nueva etapa laboral de su creadora. "Me gustaría que se valorase el arte como una profesión. La gente no se imagina la energía y el esfuerzo que hay detrás de cada obra, y aun así hay quien te ve como al hippie que hace dibujitos", matiza. En este sentido, a tenor propio y sobre todo de los comentarios del público, se agradece que la ilustradora persista desde ya mismo en la dimensión de la creación mayúscula. Sus dibujos a tinta han pasado a ser su laboratorio. Su afán por exponer en solitario, relatado un año atrás a Culturàlia a su paso por el "Racó d'artista", se cumple con el sabor del trabajo bien hecho y por consiguiente con el enriquecimiento del plantel de autores que trabajan y se inspiran en Menorca.

"Como labor personal estoy más que satisfecha, no es fácil arriesgarse y creo que he logrado sembrar la semilla para seguir creando a gran formato" y añade una sencilla pretensión: "transmitir una parte de mi trabajo e imaginación a un mundo al que de vez en cuando le falta sonreír".
Hasta el 27 de este mes.

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