Nadal y Moyà, con José Luis Sintes

TW
0

La retirada de Rafa Nadal ha destacado este jueves como la noticia del día, de la semana y sin lugar a duda será también una de las más impactantes del año.

El mundo entero, y no en exclusiva el que conforma la esfera deportiva, que se ha rendido a los pies del múltiple campeón en París, recuerda y evoca ahora los incontables capítulos que ha legado a lo largo de su densa carrera uno de los más grandes tenistas y deportistas de la historia.

El manacorí en su visita de octubre de 2006, firmando autógrafos en Ciutadella

En ese sentido, Menorca no ha sido ajena a ello, puesto que también la Isla ha seguido con atención la jornada en que se ha hecho público el retiro del tenista de Manacor, desde donde por otra parte también se han suscrito momentos de vínculo con el jugador más hegemónico en la historia de Roland Garros.

Una relación que empezó, y así consta en la hemeroteca, a muy pronta edad, en abril de 1998, cuando Rafa Nadal Parera (1986) se aproximaba a cumplir los doce años de edad y acudió a Menorca para tomar parte en el Campeonato de Balears que tuvo lugar en las instalaciones del Club Tenis Mahón.

Partido en el Pavelló Menorca el 2006

«Una raqueta muy prometedora», fue el titular, absolutamente premonitorio, con el que nuestro compañero y en la actualidad redactor jefe de la sección de local Pep Mir, presentaba al por entonces jovencísimo tenista mallorquín al lector de este diario, en lo que significó el primer documento gráfico que se registró en la Isla con ‘el rey de la tierra’ como protagonista.

Con certeza, el tenista incluso reclamaba más atención que por su habilidad en la pista, que ya era reconocida, por el hecho de ser sobrino del que era jugador internacional del Barça, Miguel Ángel Nadal (y sí, como ilustran ciertas imágenes, el tenista, que es un reconocido madridista, sentía en esa época simpatía por los ‘blaugrana’).

El tenista en La Minerva con nuestro colaborador, José Barber, y el exfutbolista Jacinto Marqués, ambos, grandes admiradores del manacorí

Entrenado por su tío Toni, en una relación familio-profesional que se prolongó durante lustros y obviamente fundamental para entender la exuberante carrera del tenista, Nadal explicaba hace 26 años en estas páginas que a pesar de su corta edad, «entreno hasta cuatro o cinco horas algunos días», al resguardo del CT Manacor.

La competición

Fan de Andre Agassi y tenista desde los 4 años de edad, Nadal jugó en Maó con la vitola de ser vigente campeón balear y de España sub 12, nivel en el que venció con autoridad en suelo mahonés a Bartolomé Salvà en dos sets, pero el hecho de competir en Menorca también en el cuadro infantil (sub 14), le restó ‘chance’ para hacer pleno en aquel torneo (algo que él mismo auguraba a esta redacción en aquella primavera del 98), cayendo en semifinales ante José Gómez, jugador del CT OAR y único menorquín que llegó a alguna final en aquel Balear (6-3 y 6-2).

Nadal y Moyà, con Joan Bosch

A aquella primera visita a Menorca del icónico ‘zurdo de Manacor’, que a modo de anécdota, comentar que coincidió con la derrota de su luego entrenador, Carles Moyà, en las semifinales del barcelonés Conde de Godó, le sucedió alguna otra más en su etapa de formación que en cualquier caso no fue muy prolongada, en tanto que Nadal debutó en 2002, con apenas quince años de edad, en el circuito profesional, y se convirtió en 2005 a los 19 campeón por vez primera en Roland Garros (donde ha ganado catorce veces, más que nadie en la historia), en lo que reiteró un año después, precisamente pocos meses antes de volver a jugar en Maó, con motivo de un partido de exhibición que acogió el Pavelló Menorca el 6 de octubre de 2006 entre él y el citado Moyà.

gg101024004 (1).jpg

Artículo que presentaba al niño Nadal al lector de este diario

Una venida que incluyó un clínic en la sede del CT Ciutadella y posterior almuerzo en el recordado restaurante La Minerva, en el puerto de Maó, que contextualizó un homenaje institucional, en el que estuvo también del tenista menorquín Joan Bosch, que en algunas etapas en la carrera del tenista mallorquín ha formado parte de su círculo más cercano, al margen de su rol de director de entrenadores de la Rafa Nadal Academy.

Todo como preámbulo a aquella demostración que llenó el Pavelló Menorca, donde Nadal jugó para que la gente de la Isla «disfrutara», según comentó tras el partido a los medios locales quien entonces, a sus veinte años, se aprestaba a delinear en la siguiente década y media una carrera de leyenda, icónica y sin parangón. Alguien que también ha sido ídolo en Menorca.