El CE Alaior sumó ayer su tercera victoria del campeonato (4-2), que le permite recobrar esperanzas en la salvación. La obtuvo con sufrimiento tras ver como el Poblense le igualaba una ventaja de dos goles. En apenas doce minutos los locales consiguieron dos tantos a balón parado, obra de Tomé y Juli. Los mallorquines se fueron arriba y cuando parecía que darían la vuelta al marcador, apareció Camacho para establecer el 3-2 y en los instantes finales, Juli firmó su doblete particular cerrando un triunfo para seguir soñando con la permanencia.
Empezó bien el necesitado Alaior. Juli botó una falta y Tomè la empujó al fondo de la red. Era la primera llegada al portal defendido por Molondro. De nuevo la estrategia a balón parado dio los frutos a los hombres de David Moreno. Juli ejecutó un golpe franco, que significó el 2-0, con tan sólo doce minutos transcurridos de encuentro. El partido, sorprendentemente encarrilado, auguraba una tarde tranquila para la fiel parroquia alaiorenca. Al Poblense no le quedaba otra opción que irse arriba en busca de acortar distancias y tener aspiraciones en el partido. El dominio, aunque no muy claro, era visitante, pero Jesús apenas había intervenido. Alfonso dispuso de un mano a mano ante el meta local, pero su mal control le privó de acortar distancias. En el minuto 45 el Poblense hizo su primer tanto. Crespí alojó en la red el esférico tras finalizar una jugada trenzada de su equipo.
El segundo tiempo arrancó con los visitantes en busca de la igualada, espoleados por el tanto psicológico, y en los primeros instantes se acercaron con peligro a los dominios de Jesús. El empate no tardó. Buades rompió por la banda y su centro fue rematado por Alfonso (2-2). El Alaior había tirado la ventaja conseguida en los primeros instantes de encuentro, y estaba a merced del rival. Pero cuando parecía que el cuadro local estaba herido, un saque en largo de Jesús sorprendió al rival y Camacho batía a Molondro estableciendo el 3-2.
Los albinegros habían hecho lo más difícil, volver a gobernar en el electrónico y ahora sólo quedaba salvar la renta. El Poblense no bajaba la guardia y estaba dispuesto a vender cara la derrota. Los hombres de Cànovas avisaban en cada llegada. Una contra local significó el definitivo 4-2, obra de Juli a tres minutos del final. En otra llegada poblera, Amate pudo reducir distancias, pero José Enrich sobre la línea de gol salvó un gol cantado.
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