Miguel Pons Guasch conduce a toda velocidad, y eso que sólo tiene 11 años. Este piloto menorquín, de categoría cadete, ganó hace dos semanas la cuarta prueba del campeonato balear de karting que se disputó en el circuito Renn Arena de Llucmajor. No lo hizo de cualquier manera: fue el más rápido en la clasificación y ganó con autoridad las dos mangas de la carrera. Con tanta autoridad que le sacó ocho segundos al segundo clasificado.
"Siempre voy a tope", explicaba ayer el piloto rememorando su reciente victoria, "pensaba que los tenía más cerca". Es el cuarto triunfo que consigue desde que compite, hace algo más de un año. Su padre, Toni Pons, asegura que "la mala suerte" ha evitado que se subiera más veces a lo alto del podio esta temporada.
"En las dos pruebas anteriores estábamos muy bien preparados e hizo buenos tiempos", relata Toni, "pero tuvo problemas mecánicos durante la carrera". En la última competición se desquitó de golpe y espera seguir por el mismo camino en la próxima prueba, que se disputará en Ciutadella el domingo que viene.
Miguel se muestra "animado" para conseguir otro triunfo. "El circuito de Ciutadella es pequeño y estrecho, así que hay poco sitio para adelantar", explica, "si no te pasan en la salida, no te pasan en toda la carrera".
Sus padres están entusiasmados con la progresión del chico. Pero no siempre fueron tan partidarios de que se dedicara a la velocidad. "Al principio intentábamos quitárselo de la cabeza", cuenta su madre, Cati Guasch, pero según añade el padre, "no dejarle montar en kart es lo peor que se le podría hacer".
La pasión del chico por las cuatro ruedas nació de golpe, como un flechazo. "Cuando tenía ocho años", relata su madre, "montó en kart por primera vez y ya les pasó a todos, incluso mi hermano, que es aficionado, me dijo nada más bajarse del coche que el chico tenía un don". "Aquel día ya vino a casa diciendo que conducir era lo suyo", interviene el padre.
Miguel dice que en el coche se siente "libre". "Puedes apretar el pedal sin que te digan nada", cuenta con pillería. Su pasión por el motor nació hace mucho, porque ya desde pequeño se pasaba el día pintando coches. También decía que quería diseñarlos cuando se hiciera mayor. Si se le pregunta ahora a qué le gustaría dedicarse en el futuro, responde, como era de esperar, que quiere ser piloto.
Este forneller espera que le sirva lo mucho que está aprendiendo en sus participaciones en el competitivo campeonato de la Comunidad Valenciana, donde es el único piloto balear.
Allí aspira a terminar entre los diez primeros y va por buen camino: lleva tres participaciones. En la primera se clasificó en el puesto 17 y, en la última, fue séptimo.
Para el torneo balear es más ambicioso. Pese a que no quedan muchas pruebas y los problemas en las anteriores carreras le han alejado de los primeros puestos, se ha planteado como objetivo acabarlo entre los tres primeros.
Sus posibilidades pasan por subirse al podio en las tres carreras que quedan para que finalice el campeonato. Espera que en Ciutadella, la primera de ellas, le dé suerte el número siete que luce en su kart.
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