Inca debe ser la tierra prometida para un ViveMenorca rearmado anímicamente tras el triunfo balsámico y fundamental del pasado domingo en Maó ante el León. Allí, en la capital de Es Raiguer, el combinado menorquinista debe apuntalar este mediodía su decidida apuesta por la consecución del mejor nivel posible con vistas al play-off y pelear por la cuarta, e incluso la tercera plaza. El nuevo triunfo del Burgos el viernes ante el Clínicas Rincón, obliga además, a los mahoneses, a vencer en Mallorca para seguir teniendo a tiro al cuadro burgalés con la opción de superarle en la clasificación la próxima semana en Maó.
La victoria ante los leoneses, salpicada por la añorada demostración de testosterona que ejerció el equipo en el último cuarto, ha modificado el abatimiento general inducido por los malos resultados del equipo en esta segunda vuelta del campeonato que toca a su fin. Si a ese triunfo unimos la proclama del entrenador, Paco Olmos, recogida por este diario el pasado miércoles en la que se manifestaba absolutamente convencido de que el ascenso todavía es una posibilidad real, próxima, y un reto personal, sólo falta que sus jugadores sigan la línea ambiciosa marcada por su jefe y den muestras de ello en el recobrado derbi balear de la Adecco LEB oro.
El ViveMenorca, por tanto, sabe que está ante una reválida de lo más precisa para dar pábulo al discurso de Paco Olmos y, lo que es más importante, convencer al entorno que realmente está en condiciones de pelear por hacer algo grande en el play-off de ascenso. Ninguna victoria a domicilio desde que se iniciara la segunda vuelta de la Liga, en la que ha acumulado seis salidas consecutivas con derrota, y sólo cuatro en todo el campeonato precisan un remedio inmediato para incrementar las aspiraciones.
Llega el Bàsquet Mallorca a este duelo de rivalidad quizás más necesitado que el propio Menorca. Eso es lo que piensa su técnico, Xavi Sastre, quien traslada la presión, en parte al Menorca cuando afirma que dada su plantilla, tiene la obligación de ganar el partido aunque sea superior la necesidad de su propio equipo. Y es que al Mallorca, con un calendario final harto complicado, aún necesita una victoria como mínimo para asegurar la permanencia y eludir el play-off de descenso que juegan el penúltimo y el antepenúltimo clasificado del que sólo le separa un triunfo.
Diego Ciorciari, en principio, estará junto al grupo, realizará la rueda de calentamiento pero no arriesgará a jugar para reaparecer la semana entrante frente al Burgos, en Maó, tras un mes de lesión.
La proximidad geográfica del desplazamiento propiciará que más de un centenar de menorquines visiten el Palau d'Esports d'Inca que, en todo caso, no se va a llenar. La retransmisión por televisión (IB3) y el precio de la entrada general -20 euros- hará que muchos inquenses prefieran seguir el encuentro en sus domicilios aunque el buen ambiente está asegurado.
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