Gran triunfo. El equipo mahonés deleitó ante el Granada y se va hacia arriba en la Liga

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M.J.U. Maó
Navidades blancas, más blancas que nunca las que va a disfrutar el ViveMenorca después de su última victoria el domingo ante el Granada. Ese triunfo pletórico, vibrante, épico como casi todos los que captura el combinado menorquinista, consolida la mejor clasificación de la corta pero suculenta historia del equipo en la Liga ACB y, como consecuencia, le sitúa en el camino más firme y correcto para conseguir la permanencia por cuarto año consecutivo en este selecto campeonato.

El 78-74 colocado ante el conjunto andaluz acomoda al conjunto de Ricard Casas en una meritoria decimosegunda plaza, o lo que es lo mismo, el puesto más holgado a estas alturas del campeonato después de 14 jornadas disputadas -13 partidos ya que es un grupo impar- porque nunca antes en los tres años precedentes había llegado a este momento con cinco partidos ganados en su balance. Y lo que es más significativo, disfruta el ViveMenorca de un precioso colchón de dos victorias respecto a las dos últimas posiciones que conducen al descenso, ahora en manos del Murcia (tres triunfos) y Cajasol (un triunfo).

Esa clasificación saneada es la mejor noticia para encarar el tramo final de la primera vuelta de la Liga preñado de dificultades para el grupo menorquinista. Cajasol, en Sevilla, Real Madrid, en Maó, y Unicaja, en Málaga, aguardan al ViveMenorca las tres próximas semanas. Una victoria más sería sensacional, aunque visto el nivel del equipo en Maó en esta ocasión quizá más que en las anteriores, hay que creer en su capacidad para doblegar al gigante blanco, y por supuesto, pelear por el triunfo más inmediato el próximo domingo ante un Cajasol que se jugará la vida, sin temor a caer en la exageración.

El año pasado el ViveMenorca era decimosexto con cuatro victorias y nueve derrotas. Hace dos años ocupaba la penúltima plaza con sólo tres victorias y diez derrotas, y en su primer año en la ACB, también figuraba en la décimosexta posición con cuatro victorias y nueve derrotas.
La consistencia del equipo que adiestra Ricard Casas ha llegado, un año más, a través de la magia del Pavelló donde el equipo se muestra exultante al abrigo de su hinchada. En lo que llevamos de Liga el Menorca sólo ha caído ante equipos de otra dimensión, y en dos de esas tres derrotas ha tenido claras opciones de victoria. DKV Joventut, Tau Vitoria y Regal Barcelona han sido los únicos capaces de vulnerar la fiabilidad del Pavelló, mientras que el resto ha sufrido la ira deportiva de una instalación intimidatoria que se gana con creces su derecho a continuar en esta Liga.

En Granada hablan de la maldición menorquina
La prensa de Granada recordaba ayer que la derrota del CB en Maó supone la continuidad de la maldición que sufre el equipo nazarí en Menorca. 'El Ideal' de Granada, en crónica de Víctor Romero, señalaba que "La maldición sigue presente". Recuerda el periodista que ésta parecía una oportunidad clara para acercarse a la Copa "Pero no. Ilusos ellos. No contaban con la historia, ni con la pesadilla que supone ir a la Isla menorquina, donde la langosta se indigesta y la sobrasada mancha la camiseta nazarí".

José Miguel Olivencia, de La Opinión destaca en su crónica que "el CB Granada perdió en Menorca un encuentro muy extraño que fue perdiendo durante los dos primeros cuartos por su irregular defensa y un mal ataque, pero que dominó en los dos restantes cuando mejoró en esos factores. Al final, el partido se decidió por un empecinamiento por el tiro de tres".