Deschamps indicó que «hay situaciones que no se pueden controlar» y, frente a ellas, «la clave es adaptarse». «Tratamos de tener el máximo de precauciones sin caer en el exceso. Si no hubiera habido el virus sería mejor, pero lo estamos controlando con el cuerpo médico», indicó.
Por ahora, cinco internacionales se han visto afectados. Dayot Upamecano y Adrien Rabiot ya parecen haberlo superado, Kingsley Coman está en la fase final y tanto Raphael Varane como Ibrahima Konaté se perdieron el entrenamiento de este viernes y son duda para la final. «Hemos ido superando imponderables, con varios lesionados y hemos avanzado. Ahora estamos en la final. Estamos listos para afrontarla. Pero estoy seguro de que mi colega argentino, Lionel Scaloni, también ha tenido que afrontar sus problemas. Él perdió el primer partido contra Arabia Saudí. Cada uno tiene sus situaciones», analizó.
El técnico francés reconoció que las horas previas a una final son «peculiares» pero aseguró que Francia tiene la suerte de contar con jugadores en su plantilla que han conocido este tipo de situaciones y saben «controlar mejor la excitación». «No hay inquietud ni estrés, lo esencial es mantener la serenidad», dijo.
Reiteró que el partido de 2018 en octavos de final, cuando Francia se impuso a Argentina, no servirá como referente porque «no es el mismo equipo, no son los mismos jugadores». «Aquí, Argentina ha jugado con seis equipos diferentes y con seis sistemas diferentes. Eso sí lo hemos analizado, nos puede valer. Aunque siempre es posible que contra nosotros hagan algo distinto», aseguró.
Deschamps indicó que aguardan un ambiente favorable a Argentina en las gradas, pero señaló que no será eso lo que determine la final. «Soy consciente del apoyo popular a Argentina, que lo tiene en muchas competiciones. Sabemos que la mayoría del estadio les apoyará a ellos, bien porque sean argentinos o bien porque les guste ese equipo o algunos de sus jugadores», declaró. «Creo que habrá un ambiente festivo. El pueblo argentino es apasionado, apoya a fondo a su equipo, será un ambiente de fiesta positiva. Cantan mucho, son expresivos, es bueno que haya ese ambiente en una final de Mundial», agregó. «Pero nuestros adversarios no están en la tribuna, están en el campo y ya son suficientes para crearnos problemas», comentó.
Deschamps también se refirió a Kylian Mbappé, que apenas ha hablado con los periodistas desde el inicio de la competición. «Necesita tranquilidad y serenidad, y centrarse en lo que pasa en el campo. Está con una buena disposición, antes del inicio de la competición y desde que llegó con nosotros. No tengo ninguna intención de perturbar su tranquilidad ni su estado de ánimo. Está concentrado en la final», explicó.
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