Los seis deportistas que participaron en Paris son «ejemplos a seguir para la sociedad y que nos han emocionado en cada prueba», matizó Prohens. Cada uno de los seis recibieron un obsequio por parte del Govern balear. Los medallistas tuvieron el honor de recibir un cuadro con la bandera de las islas en el fondo. Los dos medallistas de bronce, Riudavets y Munar explicaron a los asistentes su recuerdo sobre el éxtasis de conseguir tocar metal en unos Juegos paralímpicos.
Por su parte, Joan Munar lo hizo de manera épica. En salto de longitud, el deportista mallorquín entró en el podio paralímpico en el último salto de la final. «No tenía otra opción y en el último salto superé por un centímetro al tercero y toqué el bronce», recordó. A su vez, cuando piensa en lo sucedido se emociona. «Todavía lo estoy digiriendo y disfrutando. Todo salió de una forma tan mágica que aún no me lo creo», matizó. Tampoco se olvida de autoexigirse entre tanto elogio. «Ahora nos tenemos que preparar para lo que viene, este calendario no para», finalizó.
En el mismo sentido, Nil Riudavets, bronce en triatlón, recuperó de su memoria la increíble remontada que realizó para alcanzar el tercer lugar en la prueba. «Salí noveno del agua y tuve que apretar sobre la bicicleta para acabar sexto. Corriendo, apreté al máximo y creo que con la rabia que saqué pude llegar a ser medalla de bronce», mencionó emocionado. «Creo que de esta manera me he reconciliado conmigo mismo y con todos por el accidente, me lo he perdonado todo», comentó sobre la lesión que padece y que le dejó paralizado el brazo derecho.
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