Imagen del jugador menorquín del Sabadell celebrando el que fue su primer gol de esta temporada de arlequinado.

TW
1

Fue probablemente uno de sus goles como jugador profesional más celebrados y festejados. Al fin el jugador menorquín del CE Sabadell de la Segunda RFEF, Rubén Martínez, logró romper una situación inédita a nivel individual para él en el capítulo ofensivo; cortar de cuajo, con rabia, una larga racha de hasta 1.500 minutos sin perforar la portería en lo que llevamos de temporada 2024-25. El extremo de Maó, llegado este pasado verano a la mítica Nova Creu Alta con la vitola de goleador y como uno de los fichajes galácticos con los que regresar los arlequinados a la Primera RFEF, ha vivido una situación dura, sin lograr marcar gol hasta hace unas semanas y además, con el equipo en situación crítica.

Rubén Martínez, que la última temporada y media la jugó en el PAS Lamia de la Superliga de Grecia antes de recalar en el Sabadell, respiró después de ver al fin portería ante el UE Lleida. En la Terra Ferma el mahonés era pura entrega, experiencia y el máximo asistente y ahora confía en, además, marcar, que es su día a día.

Noticias relacionadas

Vibraciones del menorquín

«Era una situación que no había vivido nunca estar tantos minutos sin marcar pero con trabajo los goles llegan. Estamos en una situación difícil pero vi puerta y conseguí marcar», se felicitaba el mahonés, que vio también como la semana pasada le anulaban otro tanto por dudoso fuera de juego. «Contento de estrenarme pero lo importante es ganar y que la dinámica sea buena, que no lo está siendo».

Rubén debe lidiar además con la presión de ser uno de los fichajes del verano en la Nova Creu Alta. «Está siendo uno de los años más difíciles de mi carrera deportiva. Quieres que salgan las cosas, decides volver a casa tras muchos años y te comprometes en un proyecto muy bonito donde espero devolverlo a Primera RFEF, que sé que será más difícil pero lo conseguiremos», señalaba ayer a «Es Diari». E insistía Rubén, en el plano personal, en su primer tanto del curso. «Intento ayudar en todo lo que puedo, estando muy comprometido y mirando de ser un ejemplo en el equipo y no depende solo de ti que salga todo perfecto pero al menos que el trabajo y sacrificio estén y lo tenemos pero nos falta un triunfo porque la dinámica es muy mala y pesa aunque tenga 35 años», exclamaba el de Maó, «necesitados de un triunfo que de cada ves está más cerca pero aún no nos basta para atarla».

En cuanto al plano colectivo en el Sabadell, se repetía Rubén en que, para él, «es uno de los años más duros porque lo intentas y lo intentas y no acaban de salir las cosas, tras haber empezado líderes el año. Es una racha negativa que jamás viví pero toca salir porque hay tiempo y toca reaccionar», abogaba el insular, «con la misma ilusión de un niño que sale de juveniles y se nota en el césped. Ojalá salgan de cara las cosas, se pueda ascender y club y ciudad estén contentos porque el público responde pese a estar en Segunda RFEF y entiendo su crispación. Nosotros debemos centrarnos en jugar porque las piernas deben estar sueltas para jugar».

El apunte

«A mis 35 años aún me siento bien en el físico»

El menorquín suma ya 35 primaveras aunque él mismo se define como un jugador, «que me siento muy bien físicamente y sobre todo tengo muchas ganas y hambre, que son los aspectos que me mueven», habla públicamente Martínez. «La realidad es que me encuentro bien, personalmente dimos el paso de regresar a casa y estoy con mucha ilusión y es un reto personal muy importante volver como mínimo a la Primera RFEF», asegura un ambicioso Rubén, desde tierras catalanas.

«Esta es mi máxima motivación a día de hoy, independientemente de lo que me quede de fútbol, que espero que aún sea mucho pero no puedo dejar partidos porque queda menos que más y toca disfrutarlo, por difícil que sea ahora», abunda, entendiendo a la afición, «que esté descontenta de cómo vamos en la clasificación pero seguiremos dando el 100%».